viernes, 6 de noviembre de 2009

El “daño ambiental”


Por: Ivan Lanegra

Uno de los conceptos cuya comprensión genera muchas dificultades es el de “daño ambiental”. La Ley General del Ambiente, Ley Nº 28611, lo define como “…todo menoscabo material que sufre el ambiente y/o alguno de sus componentes, que puede ser causado contraviniendo o no disposición jurídica, y que genera efectos negativos actuales o potenciales” (Artículo 142.2). ¿Qué significa esto?En primer lugar debemos distinguir el daño ambiental del daño que se origina a otros bienes jurídicos a través del ambiente, por ejemplo la salud, la vida, o la propiedad. Incluso derechos colectivos como la identidad cultural pueden ser afectados como consecuencia del daño ambiental. Pero no son parte de él.El daño ambiental lo sufre el ambiente o sus componentes, y representa por lo tanto un “menoscabo material”. Sus efectos pueden incluir daños “no materiales”, pero, nuevamente, ellos no forman parte de aquel. ¿Qué es el ambiente y sus componentes? La Ley General del Ambiente señala que lo comprenden “…los elementos físicos, químicos y biológicos de origen natural o antropogénico que, en forma individual o asociada, conforman el medio en el que se desarrolla la vida”. Pero son muchos los elementos que conforman el medio. Por ello la Ley precisa que son “…los factores que aseguran la salud individual y colectiva de las personas y la conservación de los recursos naturales, la diversidad biológica y el patrimonio cultural asociado a ellos, entre otros.” (Artículo 2.3). Así, cuando uno introduce un contaminante al ambiente que tuviera la posibilidad de modificar el medio humano y dañar su salud, está generando un daño ambiental. También lo hará si contamina una laguna, destruyendo un ecosistema, aunque no se afecte la salud de ninguna persona. Ahora, podría confundirse el daño con cualquier alteración en los elementos que conforman el ambiente. Por dicha razón se debe tomar en cuenta un elemento adicional. Los efectos (se entiende sobre los otros bienes que protege, incluyendo la salud humana y la diversidad biológica) son negativos. En este punto, se presenta un límite al conocimiento humano. El juicio que puede hacer sobre el carácter negativo de muchas acciones puede verse limitado por el factor tiempo, o incluso por la ignorancia sobre el funcionamiento de un sistema complejo como lo es el ambiente.Es precisamente el elemento temporal el que se introduce también en la definición del daño ambiental. Así, los efectos negativos sobre otros bienes no deben ser necesariamente inmediatos. Por ejemplo, ciertas enfermedades no aparecerán sino varios años después de la exposición al contaminante medioambiental.Finalmente, el artículo aclara que el daño ambiental es independiente del hecho que se contravenga o no alguna disposición jurídica. En primer lugar, esta disposición es coherente con la posibilidad de admitir la responsabilidad objetiva frente al daño ambiental. En segundo lugar, el daño al ambiente pudiera resultar, a pesar de su existencia, no indemnizable, debido a la inexistencia de un marco legal que garantice dicha reparación. La historia de los pasivos ambientales en el país es un buen ejemplo. Sin embargo, que no se indemnice no quiere decir que el daño ambiental no exista. En tercer lugar, porque la causa del daño ambiental no siempre puede ser atribuida a la acción humana. Una erupción volcánica puede lanzar, al ambiente, más contaminantes que años de producción industrial. El daño al ambiente se habrá producido, y tendremos que enfrentarlo del mismo modo, pero no podrá ser atribuido a acción humana alguna. Salvo que cometamos la imprudencia de exponernos temerariamente a este tipo de riesgos. No falta quien se anime a vivir al lado de un volcán activo.Desde luego, un tema distinto lo constituye los instrumentos para:a) Prevenir y mitigar el daño ambientalb) Remediar el daño ambientalc) Compensar el daño ambientalPara enfrentar estas tareas, debemos realizar reformas en los instrumentos y normas de responsabilidad civil, de tal manera que se enfrente tanto el problema del daño ambiental propiamente dicho, como la responsabilidad frente a daños a otros bienes jurídicos a través del ambiente.Si quieren información adicional sobre este tema pueden acudir a:Sobre el significado de “daño ambiental” técnico recogido en la legislación británica pueden consultar en: http://www.opsi.gov.uk/si/si2009/uksi_20090153_en_2#pt1-l1g4Una entrada con referencias de la literatura jurídica sobre el tema pueden encontrarlo en “El daño ambiental y su caracterización en Brasil” http://orbita.starmedia.com/jurifran/ajdamb2.htmlUna mirada desde la Ley Argentina puede verse en “El daño ambiental colectivo y la nueva Ley General del Ambiente” http://www.farn.org.ar/docs/art17.pdf

Alertan sobre riesgos de no controlar el cambio climático

Mapa muestra lo que pasaría si la temperatura aumenta 4° C. Estudio será presentado durante la cumbre de Copenhague
Mucho se habla de la importancia de llegar a un acuerdo global en la cumbre de Copenhague (Dinamarca), en diciembre, para enfrentar de manera efectiva los perjuicios del cambio climático. ¿Pero se ha preguntado qué pasaría si no se hace nada por combatirlo?
El Gobierno del Reino Unido sí lo hizo e inició una investigación para determinar qué pasaría en nuestro planeta durante este siglo si es que el ritmo de las emisiones se mantiene como hasta hoy. Así nació el mapa de los cuatro grados, un trabajo en el que se detalla cómo se verían afectados los diversos países si, en promedio, la temperatura de la Tierra aumenta en cuatro grados.
Como se recuerda, en la próxima cumbre climática se buscará que todos los países del mundo se comprometan a reducir sus emisiones, con la finalidad de que la temperatura de la Tierra no aumente más de 2 grados hacia el año 2050.
ES UNA ALERTA
“Si la temperatura del planeta llega a aumentar en 4 °C sería desastroso. En algunas zonas, incluso, podría incrementarse entre 6 y 12 grados. El propósito de este trabajo es mostrar qué podría ocurrir y dónde si es que dejamos que las emisiones de gases de efecto invernadero continúen aumentando. Es una llamada de alerta sobre la cual el mundo debe hacer algo”, explicó a El Comercio Eduardo Durand, director general de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente del Perú.
DIVERSOS EFECTOS
El mapa usa colores para señalar los diversos efectos que se harían evidentes en todo el mundo: desabastecimiento de agua, disminución de la producción agrícola, temperaturas extremas, sequías, peligro latente de incendios forestales, aumento del nivel del mar, entre otros.
Asimismo, señala la posibilidad de la disminución de la producción de cereales, así como la desaparición de la mitad de los glaciales del Himalaya en el año 2050.
En el Perú, particularmente, según explicó Eduardo Durand, los efectos serían variados. “Tenemos un mosaico de zonas de vida y de climas, por lo que es muy difícil determinar qué pasaría exactamente en cada uno de ellos. Pero sin duda, el efecto sería muy fuerte”.
“Los científicos del Reino Unido han ayudado a ilustrar los efectos catastróficos que resultarían si el mundo fracasa en establecer el límite del incremento de la temperatura en dos grados”, señaló a la agencia Efe el ministro británico de Energía y Cambio Climático, Ed Miliband.
Sin duda, lo más beneficioso para el planeta será lograr un acuerdo en Copenhague. Quedan pocos días para esa importante cita, pero las conversaciones entre los países se hacen cada vez más difíciles.
http://e.elcomercio.pe/101/impresa/pdf/2009/11/06/ECVF061109a15.pdf

Lima necesita una reforma verde

El presidente de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos analiza las razones de la escasez de áreas verdes en Lima y da algunas recomendaciones
Por: César Sarria Gomí
Lima, la metrópoli que crece descontroladamente y hacia arriba, tiene un déficit de 500 hectáreas de áreas verdes para cubrir los requerimientos mínimos recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS), y por eso requiere defender con uñas y dientes los pocos parques y zonas de esparcimiento que mantiene a duras penas.
El cemento quiere abrirse paso a como dé lugar, pero podría dejar más gris el paisaje capitalino. La llegada a Lima del especialista español en áreas verdes Félix Moral, presidente de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos, puede ayudar a dar ideas para que este panorama pueda presentarse un poco más verde.
¿Cuáles son los beneficios de que una ciudad cuente con áreas verdes?Se habla, sobre todo, de beneficios para la salud, pues las plantas son la única manera de controlar la contaminación y purificar el aire. Sin embargo, creo que los beneficios sociales son igual de importantes. Los parques son las últimas expresiones de un espacio público fundamental para el desarrollo de los seres humanos.
Lima es una ciudad que ha crecido muy rápido, esto ha impedido una planificación adecuada. ¿Qué se puede hacer para crear nuevas áreas verdes en ciudades como esta?Si no se ha planificado previamente, es extremadamente complicado. Para implementar nuevos parques hay que buscar espacios desocupados y en las grandes ciudades como Lima, estos casi no existen. Se requeriría una regeneración total de ciertas zonas para que, en un nuevo diseño urbano, se puedan incluir parques y jardines. De lo contrario, lo único que queda es aprovechar las bermas centrales de las grandes avenidas que cruzan la ciudad, y convertir esas pocas áreas públicas en desuso, por más pequeñas que sean, en parques o jardineras.
Otro de los problemas a los que se enfrentan los parques limeños es a la casi inexistente lluvia que cae durante el año y la grave escasez de agua. ¿Qué se puede hacer en estos casos?La escasez de agua es un problema grave al que se enfrentan casi todas las ciudades del mundo. Por ello, es fundamental que el diseño del parque considere una serie de detalles. Por ejemplo, se deben elegir plantas nativas, que crecen naturalmente en un paisaje determinado, y aquellas que crecen con requerimientos mínimos de agua. Además, se debe considerar un tipo de riego que ahorre recursos. Se debe eliminar el riego con manguera, por ejemplo, y recurrir al riego por goteo que es mucho más eficaz.
¿Qué se debe hacer para evitar que los pocos parques que hay en Lima terminen perdiéndose también?El secreto es hacerlos sostenibles desde tres aspectos fundamentales: medioambiental, social y económico. Es decir, que no requieran demasiada agua, que sirvan a propósitos de socialización y que su diseño, implementación y mantenimiento no cuesten una fortuna.
LAS CIFRAS
8 m2De áreas verdes por habitante es el estándar mundial impuesto por la OMS.
40 m2Por habitante tiene La Molina, el distrito más verde de Lima. Lo siguen San Isidro, San Borja, Surco y Miraflores.
0,4 m2Le corresponde a cada vecino de Villa María del Triunfo, que está en el último puesto del ránking verde limeño.
QUÉ SE VIENE
Congreso internacionalEntre el 13 y el 16 de octubre del 2010, se realizará el VII Congreso Internacional de Parques y Jardines Públicos, que tendrá como sede el auditorio del Colegio Médico del Perú, en Miraflores.
Tema centralEste evento, cuya última edición se llevó a cabo en Portugal, tocará temas como la sostenibilidad de los parques y la protección del medio ambiente.
AsistentesLos encargados de áreas verdes de los principales municipios de Iberoamérica.
ExpositoresEspecialistas internacionales en diseño y conservación de parques y áreas verdes.
FICHA
Nombre: Félix Moral PérezProfesión: Ingeniero civilEdad: 49 añosCargo: Presidente de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos desde el 2003.Trayectoria: Jefe de la dirección, ejecución y mantenimiento de obras en el Ayuntamiento de Burgos (España). Gestor de áreas verdes de la misma ciudad desde 1984.

Alianza con las comunidades

Lo que estamos viendo es una ofensiva política y una disputa abierta por los recursos, a la vez. Es necesario civilizarla. Ponerle reglas, aceptadas por todos
Por: Jaime de Althaus Guarderas
No se puede seguir postergando un replanteamiento global de la relación entre la inversión minera y las comunidades en la sierra. Esta última semana han ocurrido dos hechos alarmantes. El primero, sumamente grave, fue el ataque, de naturaleza terrorista, al campamento de la minera Río Blanco en la sierra de Piura, donde fueron asesinados dos vigilantes y el administrador. Las armas usadas —retrocargas, punzocortantes, pistolas— hacen pensar que los asesinos podrían ser integrantes de rondas campesinas, algunas de ellas muy hostiles al proyecto Majaz, eventualmente vinculadas al narcotráfico, y alimentadas por las versiones de la Iglesia y algunas ONG de que la mina afectaría el agua. Y al narcotráfico no le interesa una presencia formal fuerte en el área.
El segundo fue la invasión de áreas de exploración de la empresa Ares, en Chumbivilcas. No por las tres comunidades en cuyas tierras se realiza la exploración —que han firmado acuerdos con Ares—, sino por comuneros de dos provincias aledañas pertenecientes a la misma cuenca, y otras personas. Aquí se juntaron la información de que la empresa está contaminando la cabecera del valle y ha matado animales —falsa porque la exploración no contamina—, y el interés de lanzarse a la minería informal en las tierras de la empresa. Se usa un argumento ambiental para disfrazar una apropiación ilícita. O se inventan mentiras para expulsar a una empresa de su concesión.
Lo que tenemos es un campo de batalla en el que el Estado de derecho ha sido sustituido por la ley de la fuerza. Es el estado presocial. Lo que estamos viendo es una ofensiva política y una disputa abierta por los recursos, a la vez. Es necesario civilizar esa disputa. Ponerle reglas, aceptadas por todos.
Las reglas en teoría existen: antes de explotar un recurso se debe hacer un estudio de impacto ambiental y debe haber acuerdo de la población. Pero en muchos casos no se puede llegar siquiera a eso. El proyecto es expulsado antes del estudio. Las campañas agitadoras de los temores irracionales vencen. Pero vencen, primero, por una historia pasada que las avala; segundo, porque no hay una campaña explicativa suficientemente poderosa para contrarrestarlos ni una propuesta que integre realmente a las comunidades, que las haga aliadas. Y, tercero, porque no se castigan los actos delictivos.
Habría que concertar mejor aquellas reglas con las comunidades para lograr una alianza con ellas. Promover, acaso, formas asociativas que vayan más allá de los programas sociales de las minas. Hacerlas socias, en buena cuenta. Y fortalecer sustancialmente la presencia del Ministerio de Energía y Minas y del Ministerio Público a la vez.

El BID y los proyectos 'verdes'

Por: Luis Alberto Moreno*
El BID ha acompañado al Gobierno Peruano en los avances de su agenda de desarrollo desde hace muchos años. Aunque la sostenibilidad ambiental ha sido un reto conocido, en los años recientes se ha convertido en un área de políticas prioritaria. La alianza estratégica entre el Gobierno Peruano y el BID para desarrollar proyectos “verdes” es un ejemplo del compromiso con el desarrollo sostenible en el país.
El debate sobre la dimensión “verde” del desarrollo está en boga tras la continua degradación del medio ambiente y los ecosistemas en el mundo, incluso se formó la Comisión Stiglitz-Sen sobre Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, que tiene entre sus objetivos identificar un número limitado de indicadores alternativos que reflejen de mejor manera la sostenibilidad ambiental en los países. El Perú, en especial, enfrenta importantes desafíos ambientales para el aprovechamiento y el manejo sostenible de sus abundantes recursos naturales y su gran diversidad biológica y climática. Además, se ubica en una zona de gran vulnerabilidad a los desastres naturales y los efectos del cambio climático. Según el Índice de Desempeño Ambiental 2008 (Universidad de Yale), el Perú ocupa el lugar 16 de 26 países en las Américas.
El Gobierno Peruano ha avanzado hacia una agenda de desarrollo sostenible que busca promover la actividad económica y a la vez preservar el medio ambiente, sin embargo, la complejidad ambiental internacional implica mayores dificultades para asegurar que existan condiciones apropiadas para las generaciones futuras.
Así el Gobierno Peruano motiva al BID a colaborar en sus esfuerzos por reconciliar el desarrollo con la sostenibilidad ambiental. Como parte de la estrategia “verde”, se utilizan diferentes instrumentos, incluyendo operaciones de préstamo de inversión y reforma de políticas, cooperaciones técnicas y estudios, que en conjunto forman un cluster de desarrollo sostenible con proyectos en agua, energía, cambio climático, desastres naturales y agricultura.
Cabe señalar que a fin de ejercer un impacto más contundente sobre el desarrollo sostenible en la región de América Latina y el Caribe, el BID lanzó nuevas iniciativas que han sido esenciales para el Perú. La Iniciativa de Energía Sostenible y Cambio Climático (Secci, por sus siglas en inglés) apoya a los países en la búsqueda de opciones energéticas viables desde el punto de vista ambiental y económico. Su objetivo se orienta al desarrollo y uso de energías renovables, de tecnologías de eficiencia energética, al financiamiento de compraventa de emisiones de carbono, y a la asistencia para adaptarse a los impactos del cambio climático. Tal ha sido la demanda de los países por esta iniciativa que este año se creó la Unidad de Energía Sostenible y Cambio Climático.
Asimismo, la iniciativa de Agua Potable y Saneamiento ofrece un conjunto de nuevas herramientas para ayudar a los países a cerrar la brecha en la cobertura de los servicios de agua y saneamiento. La iniciativa enfatiza programas para facilitar el financiamiento en ciudades con más de 50.000 habitantes, apoyar a comunidades dispuestas a tomar sus propias decisiones organizacionales, técnicas y financieras, proteger microcuencas prioritarias, y mejorar el desempeño de empresas de servicios de agua.
Las actividades “verdes” del BID en el Perú no se limitan al apoyo del sector público, sino también del sector privado. A través de los proyectos del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo, y el Fondo Multilateral de Inversiones se asiste a bancos, empresas y entidades privadas así como a ONG cuya actividad específica se vincula a la conservación del medio ambiente. Estos proyectos se han concentrado en las áreas de energía renovable, eficiencia energética, líneas especiales de crédito “verde”, promoción de productos orgánicos, reciclaje y turismo sostenible, entre otras.
El Perú tiene la posibilidad de establecer una ruta concreta hacia una economía sustentable con energía alternativa, agricultura con tecnología sostenible, conservación del agua, un manejo de recursos naturales responsable, y una prevención consolidada para enfrentar los desastres naturales y el cambio climático. Una economía sustentable también involucra la formación de sociedades más conscientes de la preservación del medio ambiente y la carga ambiental en las condiciones de salud.
El BID continuará su compromiso con los esfuerzos del Gobierno Peruano, nacional y subnacional, para promover la sostenibilidad ambiental. Pero no olvidemos las enormes oportunidades que se presentan para la expansión de inversiones privadas “verdes” que pueden impulsar el desarrollo sostenible. El camino es todavía muy largo por recorrer, pero los cimientos empiezan a construirse. Para asegurarse de que existe consistencia y estabilidad hacia el rumbo, es importante enmarcar la agenda de desarrollo del Perú con una visión integral y de largo plazo de la sostenibilidad ambiental. Los retos y las prioridades de la política pública deben servir, entre otras cosas, para estimular alianzas con el sector privado, las ONG y la comunidad académica para encontrar soluciones que van desde innovaciones ecoeficientes en las empresas hasta el monitoreo de la calidad ambiental.
(*) Presidente del BID