domingo, 31 de mayo de 2009

Conflictos sociales en la Amazonía Peruana tienen como origen el desconocimiento del Estado de la realidad de esta Región

Lo que llamamos Amazonía tiene una extensión de 7,8 millones de kilómetros cuadrados, abarca nueve países y alberga una enorme diversidad social y ambiental. Aproximadamente 33 millones de personas habitan en ese espacio, incluyendo más de 370 pueblos indígenas, con una población de 1,6 millones de personas, distribuidas en más de 2.200 territorios. Todo esto, sin contar a los indígenas que viven en las ciudades ni a los llamados pueblos indígenas en aislamiento voluntario. En el caso del Perú, el Sistema de Información sobre Comunidades Nativas (Sicna) registró a febrero del 2009 un total de 1.509 comunidades nativas, de las cuales 1.232 se encuentran tituladas y abarcan un área demarcada de 10’564.258 hectáreas, quedando un total de 277 comunidades nativas peruanas por titular. Adicionalmente existen solicitudes de ampliación por comunidades cuyas tierras y recursos no abastecen a la población actual.

La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), que aglutina a instituciones de diversos países, ha elaborado el mapa Amazonía 2009. Se trata de un documento fundamental para la comprensión de las dinámicas de este vasto territorio compartido al que algunos ven como un simple espacio para la extracción de materias primas. Margarita Benavides, subdirectora del Instituto del Bien Común (IBC), miembro de la RAISG, explica que este mapa panamazónico “contiene información sobre territorios indígenas y áreas naturales protegidas de los nueve países —Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Surinam y el Perú—. Su importancia radica en que muestra los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas de la Amazonía, información muy importante para la planificación y la toma de decisiones”.

“La Amazonía es un ecosistema sumamente frágil y continuo, y en ella habitan pueblos indígenas. Esto debe ser tomado en cuenta si queremos alcanzar un desarrollo sostenible que permita conservarla y evitar los conflictos sociales”, afirma Benavides. Esta es una de las razones por las que el IBC ha producido el mapa Amazonía Peruana 2009, que incluye información sobre los territorios indígenas y áreas naturales protegidas de nuestra Amazonía. Además, este mapa ofrece información sobre las áreas fronterizas con los países vecinos, lo que permite apreciar la continuidad de las cuencas, los territorios indígenas y las áreas protegidas al momento de planificar cualquier iniciativa de desarrollo o conservación. Adicionalmente, se han elaborado otros tres mapas con información sobre pueblos indígenas amazónicos, lotes de hidrocarburos, concesiones mineras, bosques de producción permanente, concesiones forestales, y proyectos de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA).

Detectar y evitar los conflictos
En la Amazonía peruana existen conflictos por tierras y recursos naturales, los mismos que se reflejan claramente en el mapa Amazonía Peruana 2009 en forma de superposiciones entre lotes petroleros, comunidades indígenas, reservas territoriales para indígenas en aislamiento y áreas naturales protegidas, entre otros. Para la Benavides, los conflictos surgen porque la legislación indica que el Estado es dueño del subsuelo y puede entregarlo en concesión, pero ocurre que sobre ese subsuelo habitan personas, existen propiedades comunales o áreas protegidas.

“Para explotar hidrocarburos u otros recursos debe dialogarse con las comunidades nativas. El Convenio 169 de la OIT indica que debe realizarse una consulta previa, informada y oportuna, y no cuando ya todos los acuerdos entre el Estado y las empresas están pactados. Las comunidades requieren información completa sobre la extracción de recursos por las empresas en sus territorios. Se les suele informar solamente sobre los beneficios económicos, se les ofrece trabajos temporales o donaciones puntuales pero no se les informa cabalmente sobre los impactos negativos sobre el medio ambiente, hábitat del cual ellos dependen para su sobrevivencia”, comenta la investigadora. El mapa de la Amazonía peruana revela casos de superposición de lotes petroleros en áreas habitadas por indígenas aislados, “lo que es totalmente incoherente —explica Benavides— ya que estos pueblos tienen una altísima vulnerabilidad frente a enfermedades foráneas. Desde el 2006 el país cuenta con una Ley de Pueblos Indígenas en Aislamiento, cuyo proyecto de ley buscaba lograr la total intangibilidad de sus reservas territoriales. Sin embargo, el pleno del Congreso, en el debate para su aprobación final, colocó una frase —artículo 5— señalando que, si es de necesidad pública, se pueden desarrollar industrias extractivas en las reservas territoriales de indígenas aislados. De esta manera su protección quedó vulnerada”, sostiene la investigadora.

De los 60 pueblos indígenas que habitan en la Amazonía, 14 se encuentran en estado de aislamiento o de contacto inicial. “Esta situación de aislamiento de algunos pueblos o secciones de ellos se creó principalmente durante el “boom” del caucho, a principios del siglo pasado cuando muchos indígenas fueron esclavizados y perseguidos, en esta situación algunos decidieron refugiarse en zonas remotas e inaccesibles de la Amazonía. Tomar contacto con ellos puede resultarles fatal pues la transmisión de una enfermedad como la gripe, por ejemplo, podría diezmar a toda una población. Además, ellos ven en los hombres “civilizados” a los explotadores de caucho y taladores que esclavizaron a sus antepasados por décadas”, explica. En la actualidad las colonizaciones están avanzando tan rápidamente que estos pueblos en aislamiento están cercados. Tal es el caso del pueblo indígena Cacataibo en la selva central”, sostiene Benavides

Desarrollo sostenible
Estos mapas constituyen una herramienta fundamental para la toma de decisiones, ya que permiten tener una visión real de la situación en la Amazonía, de sus zonas más vulnerables y los espacios donde discurre la vida de los pueblos indígenas. “No se trata de obstaculizar el desarrollo —destaca Benavides—sino de lograr un desarrollo realmente sostenible. No puede ser que en nombre del crecimiento económico las poblaciones nativas sufran impactos negativos en su medio ambiente y su salud”. Tanto el mapa panamazónico como el de la Amazonía peruana serán distribuidos a instituciones del Estado, de la sociedad civil y a empresas para facilitar la adecuada toma de decisiones que atañen a territorios indígenas existentes y a las comunidades que están solicitando titulaciones. Más información: http://www.ibcperu.org/

La elaboración del mapa panamazónico de áreas protegidas y territorios indígenas supuso el trabajo de 11 instituciones de 7 países miembros de la red RAISG, que aportaron su capacidad técnica de manejo de sistemas de información geográfica. Por el Perú participaron Aidesep y el Instituto del Bien Común. Este es tan solo el primer producto de la Red Amazónica RAISG y se están planeando otros mapas. En el caso del Perú, la información sobre las áreas naturales protegidas proviene del Inrena (hoy Sernanp) y la relativa a los territorios indígenas fue elaborada por el Sistema de Información sobre Comunidades Nativas (Sicna) del Instituto del Bien Común. El Sicna también incluye información de otras fuentes como Cedia, ACPC, Aidesep y el PETT de Loreto.

Fuente: El Dominical de "El Comercio" del 31.05.09