viernes, 6 de noviembre de 2009

El BID y los proyectos 'verdes'

Por: Luis Alberto Moreno*
El BID ha acompañado al Gobierno Peruano en los avances de su agenda de desarrollo desde hace muchos años. Aunque la sostenibilidad ambiental ha sido un reto conocido, en los años recientes se ha convertido en un área de políticas prioritaria. La alianza estratégica entre el Gobierno Peruano y el BID para desarrollar proyectos “verdes” es un ejemplo del compromiso con el desarrollo sostenible en el país.
El debate sobre la dimensión “verde” del desarrollo está en boga tras la continua degradación del medio ambiente y los ecosistemas en el mundo, incluso se formó la Comisión Stiglitz-Sen sobre Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, que tiene entre sus objetivos identificar un número limitado de indicadores alternativos que reflejen de mejor manera la sostenibilidad ambiental en los países. El Perú, en especial, enfrenta importantes desafíos ambientales para el aprovechamiento y el manejo sostenible de sus abundantes recursos naturales y su gran diversidad biológica y climática. Además, se ubica en una zona de gran vulnerabilidad a los desastres naturales y los efectos del cambio climático. Según el Índice de Desempeño Ambiental 2008 (Universidad de Yale), el Perú ocupa el lugar 16 de 26 países en las Américas.
El Gobierno Peruano ha avanzado hacia una agenda de desarrollo sostenible que busca promover la actividad económica y a la vez preservar el medio ambiente, sin embargo, la complejidad ambiental internacional implica mayores dificultades para asegurar que existan condiciones apropiadas para las generaciones futuras.
Así el Gobierno Peruano motiva al BID a colaborar en sus esfuerzos por reconciliar el desarrollo con la sostenibilidad ambiental. Como parte de la estrategia “verde”, se utilizan diferentes instrumentos, incluyendo operaciones de préstamo de inversión y reforma de políticas, cooperaciones técnicas y estudios, que en conjunto forman un cluster de desarrollo sostenible con proyectos en agua, energía, cambio climático, desastres naturales y agricultura.
Cabe señalar que a fin de ejercer un impacto más contundente sobre el desarrollo sostenible en la región de América Latina y el Caribe, el BID lanzó nuevas iniciativas que han sido esenciales para el Perú. La Iniciativa de Energía Sostenible y Cambio Climático (Secci, por sus siglas en inglés) apoya a los países en la búsqueda de opciones energéticas viables desde el punto de vista ambiental y económico. Su objetivo se orienta al desarrollo y uso de energías renovables, de tecnologías de eficiencia energética, al financiamiento de compraventa de emisiones de carbono, y a la asistencia para adaptarse a los impactos del cambio climático. Tal ha sido la demanda de los países por esta iniciativa que este año se creó la Unidad de Energía Sostenible y Cambio Climático.
Asimismo, la iniciativa de Agua Potable y Saneamiento ofrece un conjunto de nuevas herramientas para ayudar a los países a cerrar la brecha en la cobertura de los servicios de agua y saneamiento. La iniciativa enfatiza programas para facilitar el financiamiento en ciudades con más de 50.000 habitantes, apoyar a comunidades dispuestas a tomar sus propias decisiones organizacionales, técnicas y financieras, proteger microcuencas prioritarias, y mejorar el desempeño de empresas de servicios de agua.
Las actividades “verdes” del BID en el Perú no se limitan al apoyo del sector público, sino también del sector privado. A través de los proyectos del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo, y el Fondo Multilateral de Inversiones se asiste a bancos, empresas y entidades privadas así como a ONG cuya actividad específica se vincula a la conservación del medio ambiente. Estos proyectos se han concentrado en las áreas de energía renovable, eficiencia energética, líneas especiales de crédito “verde”, promoción de productos orgánicos, reciclaje y turismo sostenible, entre otras.
El Perú tiene la posibilidad de establecer una ruta concreta hacia una economía sustentable con energía alternativa, agricultura con tecnología sostenible, conservación del agua, un manejo de recursos naturales responsable, y una prevención consolidada para enfrentar los desastres naturales y el cambio climático. Una economía sustentable también involucra la formación de sociedades más conscientes de la preservación del medio ambiente y la carga ambiental en las condiciones de salud.
El BID continuará su compromiso con los esfuerzos del Gobierno Peruano, nacional y subnacional, para promover la sostenibilidad ambiental. Pero no olvidemos las enormes oportunidades que se presentan para la expansión de inversiones privadas “verdes” que pueden impulsar el desarrollo sostenible. El camino es todavía muy largo por recorrer, pero los cimientos empiezan a construirse. Para asegurarse de que existe consistencia y estabilidad hacia el rumbo, es importante enmarcar la agenda de desarrollo del Perú con una visión integral y de largo plazo de la sostenibilidad ambiental. Los retos y las prioridades de la política pública deben servir, entre otras cosas, para estimular alianzas con el sector privado, las ONG y la comunidad académica para encontrar soluciones que van desde innovaciones ecoeficientes en las empresas hasta el monitoreo de la calidad ambiental.
(*) Presidente del BID

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