sábado, 7 de noviembre de 2009

La tierra está envenenada


Por: Javier Ascue
El alcalde del distrito de Las Lomas, Cristian Vences Vegas, está desesperado. No concilia el sueño. Ya no sabe a quién puede pedirle ayuda para salvar a su pueblo. Está a punto de iniciarse la temporada de lluvias, y eso podría significar para esa jurisdicción de la provincia de Piura una verdadera tragedia. Todo por culpa de la minería informal que impera sin control en la zona.
Lo que teme Vences Vega es que las precipitaciones que se avecinan lleven hasta las poblaciones y los cultivos los restos de mercurio y cianuro que se hallan en los relaves que unos 6.500 mineros informales arrojan a las quebradas y a los cauces de los ríos en esa parte de la región norteña.
La ansiedad y la angustia envuelven la mente y el cuerpo del burgomaestre Vences cada vez que piensa que solo falta un mes y medio para que se inicie la fase más fuerte de las lluvias. “Si llega El Niño … eso sí sería una verdadera desgracia”, señala, y se agarra la cabeza preocupado por esa posibilidad, que de concretarse, podría poner en peligro a 27.000 habitantes del distrito Las Lomas, 13.000 agricultores y más de 1.500 ganaderos del valle de Chipillico. Ello debido a que todos ellos tendrían que consumir agua contaminada.
La autoridad no exagera. El Comercio pudo corroborar la existencia de toneladas de grava contaminada con los mortales insumos utilizados para sacar el oro de la tierra (el mercurio y el cianuro), los cuales forman inmensos montículos. Parte de la grava está también en costales colocados en hileras a manera de barricadas o trincheras.
Cuando se produzcan las lluvias en la zona, el agua arrastrará esta grava hacia las pendientes y quebradas que desembocan en los riachuelos, que llegarán hasta los canales de Poechos y los ríos Sullana y La Chira.
UNA TARA INCONTROLABLE
El problema de la minería informal en las provincias de Piura y Ayabaca es sumamente preocupante, ya que es alto el grado de contaminación que deja en el agua, el aire y el subsuelo. Cabe mencionar que en estas dos jurisdicciones se hallan los distritos donde se concentra la mayoría de los asentamientos mineros: Las Lomas y Suyo, respectivamente. En estos últimos sitios, además, son famosos los sectores conocidos como Servilleta, Pampa Larga, La Peñita, El Higuerón, La Tina, San Sebastián y Cachaquito.
A la contaminación causada al medio ambiente debe añadirse el perjuicio en contra de la salud y la calidad de vida de las mismas personas que trabajan en estas mineras ilegales, quienes suelen laborar sin medidas de seguridad o la indumentaria necesaria para no verse afectados por el polvo tóxico originado durante el proceso de extracción de oro (muchos no usan botas o máscaras y están semidesnudos).
De hecho, todavía está presente en la mente de la población de Las Lomas la muerte de los pobladores Irvin Timoteo y Martín Palacios, quienes, hasta hace unos meses, trabajaban en una de estas minas informales. Más tarde se sabría —según la autopsia— que sus órganos estaban “severamente afectados por el cianuro”.
El jefe de Defensa Civil de la Municipalidad Distrital de Las Lomas, Benjamín Rojas Ríos, confirmó, por su parte, que el número de personas que se dedican a la actividad minera artesanal informal creció por lo menos tres veces en los últimos cinco años.
El alcalde y el jefe de Defensa Civil coincidieron en señalar que han realizado numerosas inspecciones en estos asentamientos informales y que han enviado informes a la Dirección Regional de Energía y Minas y al Ministerio Público respecto de ello. Ninguno de los dos ha recibido respuesta a la fecha. Mientras tanto, los informales siguen apropiándose de las tierras sin pedir permiso a nadie. Muchas de estas propiedades son protegidas por gente armada.
Este Diario pudo constatar la agresividad de quienes vigilan estas minas, especialmente de los capataces (los dueños de los asentamientos suelen permanecer siempre en el anonimato), quienes en todo momento tratan de evitar que sus operarios sean fotografiados trabajando en condiciones inhumanas, ya sea sumergidos en las pozas o moviendo los pesados quimbaletes para triturar la roca y tierra mineralizada, en contacto directo con el cianuro y mercurio.
BUSCARÁN FORMALIZAR
LOS Consultado sobre el tema, el director regional de Energía y Minas de Piura, Miguel Kuzma Alfaro, señaló que se inició hace seis meses un trabajo de campo para identificar a estos mineros informales.
Añadió que la próxima semana se inaugurará la primera Oficina Descentralizada de Energía y Minas en el distrito de Suyo. Esta buscará capacitar a los 6.500 mineros que operan allí y en Las Lomas, para después formalizarlos.
Kuzma Alfaro confirmó que existe peligro de contaminación de los ríos, campos de cultivo y poblaciones en caso de que se produzcan las lluvias. Así pues, reconoció la existencia de grandes acumulaciones de grava con restos de mercurio y cianuro, por lo que aseguró que su despacho suspenderá la actividad minera ilegal que cause contaminación o ponga en peligro la salud de las comunidades.
Por último dijo que coordinará con la fiscalía de Medio Ambiente para realizar trabajos de prevención.
La minería informal cobró fuerza en esta zona, luego de que se presentara un reclamo social que impidió que en la zona operara una minera formal.
http://elcomercio.pe/impresa/notas/tierra-esta-envenenada/20091108/365950

La oportunidad del cambio

Por: Pedro Weiss *
El problema del cambio climático es una oportunidad para que muchas organizaciones despierten, miren hacia el futuro y formen parte activa de las transformaciones que se están generando. Quien se mantenga pasivo estará poniéndose, a sí mismo y a su negocio, en riesgo. General Electric (GE) ha sido una de las compañías pioneras en asumir el reto.
Anticipar e innovarHablamos de una compañía global de infraestructura altamente diversificada con servicios financieros y medios de comunicación que enfrenta proactiva y anticipadamente los grandes desafíos, los identifica y trabaja para ofrecer soluciones y tecnologías que satisfagan las nuevas necesidades y demandas.
El trabajo en equipo, el compromiso, la inversión y la innovación son elementos esenciales para conseguir resultados.
Investigación e imaginaciónEl compromiso de General Electric frente al cambio climático se cristalizó en el 2005 con el lanzamiento de Ecomagination, una iniciativa global enfocada en alinear las necesidades del cuidado ambiental con las de las compañías, Estados, personas y consumidores.
Anualmente se invierten 1.500 millones de dólares en investigación y desarrollo. Esto ha permitido innovar tecnologías para continuar abasteciéndonos de insumos indispensables —como el agua o la energía— de forma ecológicamente sustentable.
Ecomagination tiene dos objetivos centrales: reducir el impacto ambiental que representa la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, e identificar y producir tecnologías para generación de energías a partir de fuentes alternativas, tanto para nuestras propias operaciones como para el mercado.
La casa del futuroA mediados de agosto se lanzó el primer Administrador de Energía Doméstica, un dispositivo fundamental para las casas del futuro y la planificación de ciudades sustentables, que permite controlar el consumo de energía doméstica. Las tecnologías Smart Grid (Redes Inteligentes de Energía) y el Home Energy Manager (Administrador de Energía Doméstica) cambian los paradigmas en el consumo de energía eléctrica. Cada quien podrá asumir su responsabilidad con el planeta, ahorrando y usando eficientemente los recursos. Se podrá decidir, por ejemplo, qué aparatos apagar o encender, y conocer el gasto parcial de electricidad para monitorear permanentemente el consumo. El dispositivo alimenta de energía la casa solo cuando esta la necesita, eliminando el gasto pasivo de los artefactos eléctricos apagados. Así, se disminuye el consumo y se alarga la vida de los artículos electrónicos.
Energía compartidaLa visión de GE es que cada hogar, fábrica o compañía cuente con paneles solares, granjas eólicas, tecnología para el aprovechamiento de la biomasa, entre otras fuentes energéticas, y que lo generado se redistribuya por la red para la utilización de todos. Esto es resultado de una constante innovación para ofrecer a nuestros clientes en el mundo, alternativas para hacer frente al cambio climático.
Locomotora del XXI
GE reinventó la locomotora.
La solución híbrida es llamada 3.000 Evolution Series y requirió una inversión de 400 millones de dólares.
Beneficio económico y ambiental (gasta poca energía y emite muy poco dióxido de carbono).
Su motor diésel de 12 cilindros produce 4.400 caballos de fuerza, igual que su predecesora de 16 cilindros.
Utiliza 5% menos combustible, 1.1 millón de litros en su vida útil, y reduce emisiones en un 40%.
GE en breve
Fundada en 1890 por Thomas Alva Edison, con el nombre de Edison General Electric Company
En 1887 se crea Thomson-Houston Electric Company. En 1892 se fusionan en General Electric Company.
Fue una de las fundadoras del índice industrial económico Dow Jones. Es la única que se mantiene en el índice en más de 100 años.
En mayo del 2005 puso en marcha Ecomagination, productos energéticamente eficientes y medioambientalmente sostenibles.
Setenta productos y servicios tienen certificación Ecomagination, en áreas como aviación, agua, energía, emisores de luz LED, módulos solares, motores a biogás, entre otras.
Inventó el primer foco incandescente (1879), la máquina de rayos X (1896), el ventilador eléctrico (1902), la tostadora (1905), la refrigeradora (1917), el fluorescente (1938), las siliconas (1940), el primer motor a reacción (1941), los lingotes de cuarzo que posibilitaron la revolución de la fibra óptica (1981), el sistema de ultrasonidos 4D (2002).
(*) Gerente general para el Perú, Ecuador y Bolivia

Hermano fuego, hermano bosque (Deforestación)


Las actividades humanas, con su voraz patrón de consumo, producción masiva e ineficiente uso de energía, genera desequilibrios en el clima. La temperatura sube y todo se trastoca. Las malas prácticas agrícolas son parte del problema.
Por: Ernesto F Ráez Luna*
El Sol que está ni muy lejos ni muy cerca y la delgada capa de gases que forman nuestra atmósfera, producen un planeta tibio y acogedor. Varios gases del aire, llamados gases de “efecto invernadero” (GEI), absorben energía solar y la devuelven en forma de calor. Ese calor promueve la fiesta de la vida en el planeta. Pero si la concentración atmosférica de GEI aumentara demasiado, el clima de la Tierra se recalentaría fuera de control.
Gaseoso enemigoEl gas de efecto invernadero más célebre es el CO2 (C por carbono y O por oxígeno), ese gas que expulsamos al respirar. Es el producto natural de toda combustión orgánica: la que inflama nuestras mejillas cuando corremos, la que impulsa un motor a gasolina y la que consume árboles y otras criaturas desafortunadas en medio de una quema forestal. El esqueleto químico de todo ser vivo y de sus restos mortales (como el petróleo) está hecho de carbono. Ese carbono orgánico, tarde o temprano, pasa a la atmósfera como CO2. (No solo somos polvo que regresa al polvo, sino aire tibio que regresa al aire: algún día, volvemos a volar). Por supuesto, el propósito de los seres vivos es convertirnos lo más tarde posible en CO2.
Sumideros de carbonoLas plantas verdes utilizan la energía solar para retirar el CO2 del aire y construir materia orgánica con el carbono: raíces, hojas, tallos, flores. Así, el carbono sale de la atmósfera y queda fijado, almacenado, como materia viva, por un tiempo. Una papa es un pequeño almacén de carbono energizado.
Un árbol es un gran almacén.
Un bosque es un almacén gigantesco de carbono. Y el Perú es uno de los países con más bosques del mundo.
El hombre, gran destructorEn el mundo entero se derriban y queman bosques, liberando mucho CO2. En el Perú todos los años, entre julio y octubre, el humo de las quemas se alza como largas setas grises sobre sierra y selva. En años de sequía se descontrolan, afectan bosques y achicharran el suelo fértil, lleno de organismos vivos. Mientras los países industrializados emiten CO2 por su quema excesiva de combustibles fósiles, nosotros emitimos CO2 por la quema excesiva de pasturas y chacras.
El rumbo REDD
Un tema central de la próxima reunión global sobre cambio climático en Copenhague son los mecanismos económicos que promuevan la “Reducción de Emisiones Causadas por Deforestación y Degradación de bosques” (REDD). Uno de los muchos problemas para ponerse de acuerdo sobre REDD es que la deforestación es relativamente fácil de medir (hay o no hay bosque); pero muchas veces ocurre al final de un proceso menos visible de degradación y vulneración progresiva, donde se emite mucho CO2. El fuego protagoniza esa degradación, afortunadamente es rápido de detectar y difícil de ocultar. Es predecible y ubicable, pues resulta de los hábitos de la gente: ocurre cerca de las vías de acceso (ríos y carreteras) y se concentra alrededor de centros poblados, sobre frentes agropecuarios y en épocas de poca lluvia.
Alternativas a la manoEs relativamente barato planificar el monitoreo y control de las quemas agrarias. La Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) con un pequeño fondo de la Fundación Avina, inició el 2008 el “Observatorio del Fuego para Madre de Dios”. Simultáneamente, el gobierno regional instaló una comisión de quemas y empezó a entrenar personal. También, madura una política agroforestal con alternativas a la tumba y quema.
Buen ejemploEstos buenos ejemplos regionales deben ser acogidos nacionalmente. Una política nacional coherente de prevención de quemas forestales, impediría el empobrecimiento autoinflingido de los campesinos, prolongaría la fertilidad de los suelos y detendría el avance de la deforestación. Esto tan favorable es, exactamente, lo que el mundo y los millonarios mercados del carbono esperan de nosotros. Los ministerios del Ambiente y de Agricultura tienen la palabra.
El Sol que encendemos

Los seres humanos sentimos atracción por el fuego. Es natural: el Sol que nos da vida es una bola de fuego. Hace milenios el dominio del fuego nos permitió sobrevivir y prevalecer. Simboliza la motivación más humana: la pasión y el avance de la civilización. Es erróneo concebir el fuego como enemigo y resulta poco práctico prohibirlo, pero necesitamos aprender a manejarlo. En la selva y la sierra del Perú, las quemas con fines agrícolas son muy irresponsables. Alguien prende la mecha y se va a jugar una pichanguita. Cuando regresa el bosque, el pastizal y chacra aledaña han sido arrasados. Como el daño es entre pobres, es raro que se reporte. En el 2005, en Acre, Brasil, una intensa sequía resecó los bosques y las quemas descontroladas causaron pérdidas mayores a 100 millones de dólares. Ese mismo año, en la selva peruana, hasta las palmeras de los pantanos se encendieron.
[*] Director de Ciencia y Desarrollo, Centro para la Sostenibilidad Ambiental. Universidad Cayetano Heredia.

La Tierra no tiene repuesto

Los asuntos que se verán en Copenhague nos incumben a todos. El reto es lograr un acuerdo global. Se requieren el acercamiento de posiciones políticas encontradas, compromiso con el futuro, flujos de inversiones, modificaciones en las políticas públicas y de nuestras propias costumbres.
Por: Vanessa Vereau Ladd*
Los compromisos en Copenhague deben empezar por los países desarrollados, históricamente responsables de emitir la mayor cantidad de gases de efecto invernadero (GEI). Son quienes debieran reducir sus emisiones de GEI y proveer de recursos financieros y tecnológicos para que los países en desarrollo puedan cumplir su parte, y adaptarse a los cambios que ya se están dando.
El costo del descuidoSegún el cálculo preliminar de la Secretaria de la Convención de Cambio Climático, un país en desarrollo requiere alrededor de 84 millones de dólares anuales para cubrir los costos de la mitigación, hasta el 2030. Es fundamental, por ello, lograr la generación del financiamiento para que países como el nuestro puedan reducir sus emisiones y adaptarse, asegurándose de que estos mecanismos financieros o acuerdos de cooperación no signifiquen barreras comerciales ni reduzcan nuestra competitividad.
Buena acogidaAfortunadamente, el tema financiero, pese a ser elevado, ha tenido acogida en los políticos. Gordon Brown, primer ministro británico, en su “Hoja de ruta a Copenhague” incluye una propuesta para recolectar 100 mil millones de dólares anuales para financiar medidas de mitigación y adaptación, especialmente en los países más pobres que sufren sequías, inundaciones, deforestación y aumento en el nivel del mar. Esto, sumado a lo planteado por el presidente Alan García, imponerle una tasa de US$0,5 al barril de petróleo, podrían ser las fuentes de financiamiento. Se debe constituir, además, un fondo internacional para reforestación y conservación de bosques.
Avanzar de la manoEl compromiso de los países desarrollados debe ir acompañado de una acción concreta de los países en desarrollo. La meta es reducir conjuntamente en 30% las emisiones actuales, con cambios sostenidos traducidos en políticas, con nuevas tecnologías y generando nuevos puestos de trabajo. Políticas donde el Perú ya está avanzando, como las relativas a la eficiencia energética, el uso de energías renovables, de conservación y manejo sostenible de bosques. Debemos seguir trabajando en programas de adaptación, sobre todo en el sector agrario, para desarrollar y reducir la pobreza, revalorizando nuestros saberes tradicionales: andenería, “cosecha” de agua, como la promovida por Agrorural en las comunidades más alejadas.
El cambio en nosotrosTodas estas políticas requieren de grandes cambios en cada uno de nosotros. Son necesarios cambios en nuestros patrones de consumo, medidas simples como usar focos ahorradores, entre otras. Una empresa en bancarrota puede reflotarse, pero al clima no le podemos pagar para que deje de cambiar. La Tierra es el único planeta que tenemos, no hay uno de repuesto.
Cambio que se veUn paseo por nuestra Cordillera Blanca nos permite ver algunos efectos del calentamiento global. Esta cordillera cada vez se asemeja más a su vecina, la Cordillera Negra, debido al retroceso de sus glaciares (más de 20% en 10 años). Los cambios de temperatura obligan a los productores a adaptarse a nuevas temporadas de siembra y cosecha. El Perú no puede permitir que la temperatura se eleve más de 1.8 ºC, pues se generarían graves problemas.
[*] Ingeniera forestal. Ex viceministra de Desarrollo Sostenible Estratégico de los Recursos Naturales, del Ministerio del Ambiente, ex viceministra de Agricultura. Integró equipo negociador peruano ante la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas.

Adiós al hielo

El calentamiento global nos derrite y no exactamente de amor. Retroceden los hielos del ártico, los glaciares andinos son cada vez más escasos y el subsuelo helado de planeta podría desaparecer para fines de siglo.
Definitivamente, estos no son buenos tiempos para muchas cosas y una de ellas es para ser un oso polar. Estos emblemáticos habitantes del Ártico, o Polo Norte, ya están padeciendo las alteraciones del calentamiento global. Los estudios sugieren que su gélido territorio está derritiéndose a ritmos acelerados. La pérdida de hielo marítimo —esencial como plataforma para la captura de su alimento, principalmente focas— amenaza su supervivencia. Este hielo se derrite adelantadamente en la primavera boreal (antes que lo habitual), llevando a los confundidos osos a internarse tierra adentro, antes de haber acumulado grasa suficiente como para pasar el invierno. El deshielo, al igual que la deforestación del bosque, tarde o temprano lleva a la extinción de especies. Uno de los impactos más visibles en los osos es en su tamaño. De 1987 al 2004, en el área de la bahía de Hudson, Canadá, se han “achicado” 22%. El Ártico se ha estado calentando el doble de rápido que el resto del globo y los animales tienen cada vez menos acceso a sus alimentos.
El subsuelo que se derriteEl “permafrost” es un sistema de cimentación natural, cuyas partes más profundas datan de de la última glaciación. Cerca del 25% del suelo de los países del hemisferio norte contiene este subsuelo helado. En un proceso jamás visto, las capas más profundas de permafrost se están derritiendo. Lo que afectará a las cientos de ciudades afincadas sobre este. El Centro Nacional para Investigación Atmosférica de los Estados Unidos (NCAR, por sus siglas en inglés) calcula que —a ritmos actuales— para el 2050 la mitad podría derretirse y que para 2100 quedaría solo el 10% de él.
Su desaparición progresiva alteraría irreversiblemente los ecosistemas e infraestructura de lugares como Canadá, Alaska o Rusia, donde el colapso de la infraestructura es ya pan de cada día. El mayor peligro del derretimiento del permafrost es la liberación a la atmósfera de gas metano y CO2, intensificando aun más el efecto invernadero y con ello el calentamiento global. Esto sin olvidar el consecuente aumento en el nivel de los océanos. Sobre este tema hay ciertos datos: desde los años 30 del siglo pasado la salida de agua al Ártico creció 7% y para fin de siglo podría aumentar a 28%, con la consecuencia de inundaciones y desaparición de ciudades costeras.
¿Cumbres nevadas?Desde 1970 nuestra Cordillera Blanca ha perdido 27% de sus glaciares. A este paso lo de “cumbres nevadas” quedará simplemente en el vals. El Perú alberga 70% de los glaciares tropicales del mundo (unos 2.600 kilómetros). La calidad de tropicales —por su distante ubicación de los polos— los hace vulnerables a las más sutiles elevaciones de temperatura. Hasta 1976 el retroceso fue de ocho metros anuales, hoy es de veinte. De continuar la tendencia para el 2015, es decir en 5 años, habremos perdido todos los glaciares por debajo de los 5.500 metros de altura (la mayor parte).
Estas blancuras son reservas sólidas de agua dulce, crean y regulan ríos y lagunas. Las cuencas glaciares brindan variados servicios a la población: agua para consumo directo y riego, y son fuente de origen de la hidroelectricidad (cerca del 80% de la energía que nos abastece). El eventual deshielo provocaría exceso de agua para luego pasar a profundas sequías. El exceso generaría inundaciones, huaycos, aluviones y otros desastres naturales, y la sequía sería inmanejable. Así le decimos adiós al hielo. Al paso que vamos, pronto estaremos como el coronel Aureliano Buendía cuando, frente al pelotón de fusilamiento —según narra Gabriel García Márquez en “Cien años de soledad”—, recordó la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. ¿Solo nos quedará recordar el hielo y meter nuestras cabezas en la congeladora para sentir lo que se está convirtiendo en un escaso tesoro natural?

De bosques y gente

Las primeras señales de alarma. Cuatro años atrás, la Amazonía fue escenario de extraños acontecimientos. Señales inequívocas de que algo estaba pasando, algo muy malo. Así se conoció una de las terribles caras del cambio climático.
Por: José Álvarez Alonso Biólogo
En el año 2005 los demonios ardientes del Sahara se pasearon por la Amazonía. Ríos navegables del tamaño del londinense Támesis se secaron durante meses, millones de peces murieron asfixiados en lagos convertidos en estanques putrefactos, y centenares de miles de hectáreas de bosques ardieron. En la Amazonía peruana, los indígenas informaron que nunca habían visto cosa igual: árboles fructificando fuera de época, lluvias y vaciantes de ríos fuera de temporada, peces y tortugas acuáticas sin poder reproducirse. Ciudades del tamaño de Moyobamba, Rodríguez de Mendoza o Juanjuí, en la selva alta, sufrieron restricciones de agua hasta de 20 horas al día durante meses, y miles de hectáreas de arrozales en San Martín no se sembraron por falta de agua.
Más confusiónEn los años siguientes continuaron los desórdenes naturales: el camu camu, el pijuayo y el humarí, entre otras especies selváticas, fructificaron fuera de temporada y casi ningún aguajal produjo frutos durante el 2006, para preocupación de los loretanos. Se sospecha que estos cambios en las temporadas de fructificación de las plantas estarían afectando también a los animales silvestres, cuyo reloj biológico ha (o había) sincronizado la reproducción con la temporada de mayor producción de frutos.
Tan solo un avisoA decir de los expertos, este fue un preludio de lo que le espera a la Amazonía si el clima mundial sigue calentándose al ritmo actual.
El ecosistema amazónico depende de una sutil y compleja red de interrelaciones que puede colapsar con leves cambios de temperatura o por la tala indiscriminada. Un grupo de investigadores calculó en 40% el máximo de deforestación que podría soportar la cuenca amazónica antes de colapsar y convertirse en una sabana de hierbas y arbustos dispersos.
Conservar es mitigarEl mundo no puede perder a la Amazonía como ecosistema, por su megabiodiversidad, por las culturas milenarias que viven de ella y que desaparecerían con el bosque que las sustenta, y por los servicios ambientales que presta. El agua dulce del Amazonas y sus afluentes representan un quinto del agua dulce no congelada del planeta y el bosque es la “fábrica” de la lluvia (ver recuadro). Hay expectativa de que en la Cumbre Climática de Copenhague los países industrializados apuesten por la más barata (y justa) forma de reducir las emisiones de carbono: apoyando a los países tropicales pobres a proteger sus bosques. Los expertos sostienen que la pérdida de la Amazonía, elevaría la temperatura global en 1 ºC.
Los grandes protagonistasLas comunidades amazónicas deben ser protagonistas directas y principales beneficiarias de cualquier proyecto que busque proteger los bosques. Los dirigentes indígenas que participan en las mesas de diálogo con el Gobierno manifiestan, con frecuencia, su oposición a medidas asistencialistas y populistas que convierten al poblador amazónico en poco menos que un mendigo dependiente de la donación de turno. Propugnan un modelo inclusivo en que las comunidades sean protagonistas de su propio desarrollo, generadoras de sus propios recursos con dignidad. Retomando el conocido proverbio chino, ya no se trata de recibir el pescado, ni siquiera aprender a pescar, sino de aprender a manejar las pesquerías, cada vez menos productivas, a producir pescado en estanques, y a comercializar productos pesqueros con valor agregado.
Las personas primeroCuando la gente genera sus propios ingresos dignamente, a través de un proceso de involucramiento gradual en actividades económicas, enfrenta mucho mejor los desafíos de la globalización y de la sociedad dominante, y tiende a conservar y manejar mucho mejor los territorios y recursos, incluyendo el bosque que sustenta su identidad cultural y su cohesión social.
Árboles de a pieUna alternativa que está dando muy buenos resultados en algunas comunidades aledañas a las áreas de conservación regional de Loreto, por ejemplo, es la promoción y uso sostenible del bosque en pie. Las mismas comunidades desarrollan propuestas productivas y rentables aprovechando y transformando los recursos forestales, pesqueros y de fauna y flora. Estos modelos se basan en la gestión comunal y adaptativa de los recursos, y en un enfoque ecosistémico: el bosque debe estar sano, en grandes extensiones, con áreas de conservación como núcleo, para garantizar una provisión sostenible de bienes y servicios.
El ciclo de la lluvia
Casi la mitad de la lluvia que cae sobre la Amazonía es de alguna forma producida por la misma vegetación, por evapotranspiración.
El resto de la humedad proviene del Atlántico.
Otro 25% de lluvia no caería sin el colchón de bosque que regula las temperaturas de la superficie.
En 75% se reducirían las lluvias si la cobertura vegetal desaparece o sufre serias alteraciones.
Algunos estados amazónicos de Brasil sobrepasaron el 40% de deforestación (umbral del peligro).
En el Perú, la región San Martín tiene 30% de su territorio deforestado y ya sufre las consecuencias de escasez estacional de agua para consumo humano y agrícola.

Víctimas de un clima incierto

Pequeños agricultores y ganaderos, pescadores y maestros de zonas alejadas le han contado al Perú sobre un “clima loco” que los desconcierta, golpea sus vidas y crea incertidumbre. Son los voceros de un problema global que ya nos afecta.
Por: Milagros Salazar Herrera*
“La lluvia que venía en setiembre, ahora llega en enero del siguiente año. El sol quema y tenemos que usar bloqueador. ¿Cuándo se ha visto eso en el campo?”, pregunta Julián Pilco, campesino de Anta, Cusco. “Ya no hay nieve en el apu Ausangate, no hay agua en los puquios”, increpa Cayetano Huanca también de la región imperial. “Hay plagas y enfermedades más resistentes”, dice Eugenio Colonia desde Huaraz, mientras que cerca al mar, en Chimbote, la maestra Yolanda Lara asegura que constantemente “el mar se sale y las bases de las casas se debilitan”. En la Amazonía de San Martín, el agricultor Misael Salas Amasifuén cuenta que cayó granizo en su comunidad: “eso nunca había pasado”. Son testimonios que revelan que algo ya está pasando.
Problema y soluciónLos pobladores expusieron lo que padecen en audiencias públicas realizadas por el Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc). Llegaron a las capitales de sus regiones desde distritos donde la pobreza bordea el 70%. El cambio climático los golpea y vulnera sus derechos al acceso de agua, a la salud y la vida. Sin embargo, no deben ser vistos como víctimas, sino como parte de la solución. Así, compartieron sus esfuerzos para adaptarse al calentamiento global, por lo general sin ayuda del Estado.
Estos pobladores narraron sus iniciativas de cosechas de agua, la construcción de andenes para evitar la erosión de los suelos, entre otras soluciones. Tecnologías precolombinas de bajo costo y altamente eficientes.
De los Andes a las urbesVisibilizar estos casos y a estos voceros conectó a peruanos que viven bastante aislados e incomunicados. Pobladores rurales se encontraron con citadinos, agricultores tradicionales con expertos, gobernados con gobernantes. Esto permitió comprender que los sucesos en los Andes impactan inevitablemente en las ciudades. Problemas en las cabeceras de cuenca de los ríos resultan en mala calidad del agua y disminución de la cantidad disponible (en un país donde el 70% de la población se concentra en zonas áridas). La pérdida de cultivos por alteración del ciclo de las lluvias provoca la reducción del suministro de alimentos en los mercados, afectando a miles de familias tanto rurales como urbanas. Como bien lo explicaron, se trata de “asociarse” para enfrentar conjuntamente un problema global que nos afecta a todos.
En todos los ámbitosSe requieren acciones concretas locales, regionales y nacionales. Las audiencias han levantando importante data para elaborar estrategias regionales y planes de desarrollo, frente al cambio climático.
En síntesis, podemos decir que las audiencias han sido la tribuna para que la población exija a sus autoridades actualizar y legitimar la Estrategia Nacional de Cambio Climático, que después de seis años ha avanzado apenas un 13% en su implementación. La respuesta está en manos de las autoridades del Ejecutivo. Sus voces no pueden ser acalladas. (Más información: “www.mocicc.org”:http://www.mocicc.org).
[*] Responsable de Campañas en Cambio Climático de Oxfam Internacional y miembro del Mocicc

Perú, libre de transgénicos


Por: Manuel Luque Casanave Analista
La reciente autorización del Gobierno Mexicano para que se realicen pruebas con maíz transgénico es muy controversial, teniendo en cuenta que así como nuestro país es la cuna de la papa y China del arroz, México lo es del maíz. El gran riesgo de esta medida es que las muchas variedades endémicas de maíz que tiene México se vean reducidas y uniformizadas a estándares transgénicos, lo cual restaría variedad a la amplia oferta mexicana de maíz, comprometiendo la salud de su población y generando una dependencia económica de las semillas transgénicas, con riesgo a la subsistencia de los pequeños agricultores y a la seguridad alimentaria, al ser el maíz la base de la alimentación mexicana.
Se argumenta que con los cultivos genéticamente modificados se solucionaría el problema del hambre y desnutrición del mundo, por incremento en la productividad; sin embargo, el aumento en la productividad en nuestros países atraviesa por mecanizar el agro, implementar riego tecnificado y mejorar la asistencia técnica.
La incorporación de transgénicos comprometería nuestra seguridad alimentaria, al generarse una dependencia económica continua de las semillas transgénicas (OGM), las que en este escenario no serían de libre disponibilidad para el agricultor, pues en cada campaña de siembra tendría que comprarlas. Las patentes impedirían que el agricultor las use para la siguiente siembra; de otra forma estaría violando el derecho de propiedad intelectual y dentro del alcance de los TLC. La empresa transnacional propietaria de la semilla podría acudir a tribunales internacionales para hacer valer sus derechos de propiedad intelectual.
La OMS reconoce efectos potenciales en los alimentos transgénicos por transferencia horizontal de los genes y especifica que los genes modificados poseen una persistencia de efectos imprevisibles. Se ha vinculado a su consumo afecciones alérgicas, resistencia a los antibióticos y casos de mutaciones genéticas.
En el Perú tenemos un gran número de especies endémicas en la alimentación básica, con variedades únicas que solo crecen en nuestro país (papa, olluco, chirimoya, lúcuma, uva quebranta, habas, etc.), que forman parte —por sus contenidos nutricionales— del granero de alimentos naturales del mundo, asimismo productos únicos de la medicina tradicional. Todos ellos podrían perderse definitivamente y para siempre en sus variedades únicas, por contaminación transgénica si introducimos transgénicos, desapareciendo así nuestras ventajas competitivas en el mercado mundial.
Se ha demostrado que los cultivos transgénicos no pueden coexistir con la agricultura orgánica. Un escenario de “contaminación genética” pondría en riesgo de perder nuestro patrimonio genético y alimenticio, ello podría ocurrir por polinización cruzada de transgénicos de cultivos adyacentes —vía el viento, insectos, aves y otros agentes polinizadores—, por cultivos ilegales, irregularidades administrativas, deficiencias en el rastreo de los transgénicos.
Debemos patentar nuestros recursos genéticos para no perder las oportunidades que ofrece el mercado y evitar además la biopiratería solapada a partir de los cultivos transgénicos.
El Estado debe impulsar la creación de bancos de genes regionales, orientados a identificar, caracterizar y patentar genes, excipientes y principios activos contenidos en nuestras diversas plantas con propiedades nutritivas, curativas o comerciales e impulsar industrias regionales para dar valor agregado a estos recursos.