jueves, 20 de agosto de 2009

¿Cuándo el Ministerio de Transporte y Comunicaciones dispondra la mitigación de los impactos generados por el Aeropuerto "Jorge Chavéz"?

¿Paracas ya fue?

Por: Patricia Majluf/ Ernesto Ráez Luna, Investigadores del Centro para la Sostenibilidad Ambiental. Universidad Cayetano Heredia.
Hace algunos días preguntaron nuestra opinión sobre la construcción deuna planta petroquímica en Pisco-Paracas. Hace algunos años nuestrarespuesta hubiera sido otra. Pero hoy con la zona orientada fuertementehacia el desarrollo industrial, es tarde para llorar sobre la lechederramada. Ayer lugar de conservación e investigación, de proyectos deturismo ecológico y cultural (por su vasta riqueza arqueológica) ; hoyconvertido en espacio para la instalación de plantas que nada tienenque ver con el desarrollo sostenible.En el lugar equivocadoEn el 2004, durante el gobierno del presidente Toledo, se dio la infameautorización para la construcción de la planta de fraccionamiento dePluspetrol Perú Corporación S.A. Entonces se discutió ampliamente sobrela poca pertinencia de ubicarla en una zona que, entre otras cosas, esaltamente sísmica, es zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional deParacas y está muy cercana a las poblaciones de San Andrés y Pisco. ElColegio de Biólogos y el Colegio de Arquitectos presentaron una acciónde inconstitucionalida d ante el Tribunal Constitucional (TC) queresolvió que la construcción “no constituye amenaza cierta al medioambiente”.La suma de todos los riesgosPor muy bien construida que esté una planta productora de metano,butano, diésel y combustible de avión, existe un riesgo real deexplosiones, ya sea por accidente, sabotaje e incluso terrorismo. Encuanto al terminal de embarque, el crecimiento del tráfico de grandescargueros de hidrocarburos, en la bahía, aumentará igualmente el riesgode derrames. Por lógica, al crecer el número de instalaciones industriales y eltráfico marítimo se incrementa la posibilidad de que algo ocurra. Ese“algo” puede ser una explosión, un accidente marítimo, un derrame dehidrocarburos y un largo etcétera. Cada una de estas instalaciones, siestá adecuadamente construida y administrada, generará un riesgo muypequeño, pero al ir acumulando riesgos (con la instalación de nuevasindustrias) las probabilidades de un accidente aumentarán, pues losriesgos individuales se van sumando. Poniéndolo en crudo: una cosa esque explote la planta de gas sola, y otra muy distinta es que ocurrajunto a una petroquímica.Ecología y economíaNo se trata de decidir entre la infraestructura mercantil e industrialo la conservación de la naturaleza. Esta es una falaz dicotomía puesambos son elementos necesarios para el desarrollo. Los recursosnaturales renovables y los servicios de los ecosistemas soncomponentes imprescindibles para el crecimiento económico, eldesarrollo y el bienestar de la población. Conservar nuestros ecosistemas marinos y construir una planta defraccionamiento son inversiones de desarrollo. No tiene sentidosobreponer una actividad sobre la otra, apostando por lo industrial ydejando de lado la conservación, como se hace en Pisco-Paracas.Bienvenidos sean los proyectos de desarrollo y las inversiones, pero noapoyados sobre falsas disyuntivas. Prevenir antes que lamentarEs imperativo atender el riesgo acumulado sobre Paracas. Ello, sinembargo, implica una visión moderna del desarrollo en el que labiodiversidad no se considere “una mala palabra”. La rentabilidad paralos inversionistas no puede considerarse el único criterio de calidad.Una visión moderna de desarrollo debería presupuestar sistemasvanguardistas de planificación, monitoreo, coordinación y prevención,para minimizar el riesgo de accidentes extremos y sinérgicos (es decir,combinados). Es también razonable fortalecer económica y políticamentela autoridad de áreas protegidas y crear nuevas áreas protegidasmarino-costeras (en islas y puntas guaneras, por ejemplo). Eso no solodiluiría el riesgo de perderlo todo en Paracas, sino que incrementaríala estabilidad y la rentabilidad a largo plazo del guano y de la pesca.Es imposible hacer una tortilla sin romper huevos, tan imposible comoextraer recursos sin afectar los ecosistemas. Impactos siempre habrán,pero muy distinto es actuar irresponsablemente rompiendo más huevos delo necesario y matando a las demás gallinas del corral. Y eso es lo quese hace cuando arriesgamos nuestra biodiversidad y descuidamos nuestrasáreas naturales protegidas. Eso ocurre cuando se omite estipular quequienes obtienen beneficios económicos, por utilizar nuestros recursosnaturales, deben invertir en proyectos sostenibles donde los impactos yriesgos sean mínimos, para que todos podamos gozar de esta riquezaexcepcional, ahora y en el futuro. Desafortunadamente, para Paracastodo esto parece que ¿ya fue?Peligrosa incoherencia El mundo entero reconoce la importancia de Paracas como zona de excepcional productividad y diversidad biológica marina. La circulación de nutrientes en sus aguas le da un inmenso valor parala biodiversidad marina que se reproduce, cría y alimenta allí. No resulta coherente aumentar fuentes industriales de riesgo en la zona. Hay miles de kilómetros de costa disponibles, ¿por qué no construir enotro lugar?, porque sale “más barato”, hacerlo en Paracas. Pero lo barato puede acabar saliendo caro. La productividad del mar peruano sostenía a grandes civilizaciones hace miles de años y lo sigue haciendo hoy. ¿Cuántos miles de años se sostendrá el complejo portuario e industrial,de modo rentable y sin afectar los extraordinarios recursos marinos deParacas?