lunes, 2 de noviembre de 2009

El oro negro del Titicaca

Por: Nelly Luna Amancio Enviada especial
Alguna vez el lago Titicaca fue una inmensa masa de agua salada que cubría gran parte del Altiplano. Ballivian la han llamado los geólogos que investigan su origen y formación. Con el tiempo el lago adoptó su forma y volumen actual. Pero bajo su superficie continuó acumulándose el material orgánico que millones de años más tarde se transformaría en petróleo. “Esta zona cumple una característica fundamental para el hallazgo de hidrocarburos: es una cuenca sedimentaria de origen marino”, explica el ingeniero Federico Yovera, del Capítulo de Petróleos del Colegio Nacional de Ingenieros.
Y es precisamente petróleo lo que ahora buscan cuatro compañías en las riberas de la Reserva Nacional del Lago Titicaca.
LOS CONTRATOS
El 16 de abril de este año Perú-Petro suscribió dos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos en el lago Titicaca. Se trata de los lotes 155 y 156, ubicados en las provincias de Azángaro, San Antonio de Putina, Huancané y Moho, el primero, y en El Collao y Chucuito, el segundo. La adjudicación produjo la protesta de autoridades y organizaciones puneñas: “La extracción de hidrocarburos afectaría el ecosistema”, dijeron.
Los reclamos llegaron también del otro lado de la frontera: el Gobierno de Bolivia se opone a la explotación de petróleo, pues señala que hay un tratado entre ambos países que impide el desarrollo de este tipo de actividades sin consulta previa a ambas partes.
Pero estos lotes no son los únicos en los alrededores del lago. Ya en el 2005 y el 2007, Perú-Petro dio en concesión los lotes 105 y 141. Incluso, el primero de estos —ubicado entre las provincias de Puno, Huancané, Azángaro, Lampa y San Román— se superpone a una parte de la zona de amortiguamiento de la Reserva Natural del Lago Titicaca.
EL DILEMA DEL IMPACTO
El trazo de los cuatro lotes bordea el lago. Sobre la posibilidad de algún impacto negativo en el lago, el gerente de Promoción y Relaciones Comunitarias de Perú-Petro, Carlos Vives, sostiene que los lotes no afectan la Reserva Nacional Titicaca-Ramis. “Solo incluyen áreas de superficie en tierra y no dentro del lago”, dice. Pero el tema no es tan simple.
“Esta es una cuenca endorreica. Todas las aguas de la cuenca terminan en el lago. Además, ya hay algunos pasivos ambientales provenientes de unos pozos que dejó la explotación por parte de los rusos hace varias décadas”, señala Luis Alfaro, jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), tratando de explicar que lo que ocurra alrededor del Titicaca tiene un impacto directo en el lago.
El lote 156 también se superpone a la zona de amortiguamiento de la reserva. Y, aunque no está prohibida la extracción de recursos en estas áreas, Luis Alfaro sostiene que Perú-Petro debió consultar con el Sernanp la definición de estos trazos. “En las riberas del lago hay una gran diversidad de fauna que vive entre los totorales”, precisa.
¿Y EL DIÁLOGO?
El jefe del Sernanp indica que no hubo consulta previa con su sector sobre la adjudicación de estos lotes. Sin embargo, Carlos Vives asegura que estos contratos (tanto los primeros como los entregados en abril del año pasado) fueron presentados ante las autoridades y líderes de las provincias involucradas, para, finalmente, ser aprobadas en la Presidencia del Consejo de Ministros, donde contaron con el visto bueno de todos los sectores, incluido el del Ministerio del Ambiente.
Sin embargo, el representante del Sernanp arguye que se debe pedir una consulta formal porque “ellos [Perú-Petro] saben que los lotes se encuentran próximos a una reserva”. “Yo no me opongo a la actividad de hidrocarburos, creo que es beneficioso para el país, pero se debe consultar a las instancias correspondientes. Si las empresas tuvieran que hacer alguna actividad sobre el área de amortiguamiento, deberían presentar un estudio de impacto ambiental”, recalca Luis Alfaro.
Los representantes del Proyecto Especial del Lago Titicaca (PELT) refirieron que se habían enterado de la adjudicación de los lotes a través de la prensa. Germán Espinoza, ingeniero que trabaja en el proyecto, dice que Perú-Petro no les informó nada sobre estas concesiones: “El lago tiene un ecosistema muy frágil y la explotación de hidrocarburos podría afectarlo si no se tienen en cuenta exigencias técnicas que nosotros podríamos recomendar”. Además del Sernanp y el PELT, tienen jurisdicción sobre la cuenca del lago la Autoridad Nacional del Agua, la Dirección de Capitanía y Guardacostas de la Marina y la Autoridad Binacional del Lago, con sede en La Paz, Bolivia. Ninguna supo con anticipación la concesión de los lotes.
En Puno hay mucha desinformación sobre el tema. La población piensa que se extraerá el petróleo del fondo del lago. Incluso, en el Colegio de Ingenieros de la región ignoran detalles del proyecto. El citado colegio no cuenta con un capítulo para hidrocarburos y en la Universidad Nacional del Altiplano no tiene esa especialización.
Siendo esta cuenca una de las más golpeadas por la contaminación, los especialistas piden que el Ministerio de Energía y Minas tome en cuenta los mejores estándares ambientales.
Los actuales responsables de la contaminaciónHace mucho que la calidad del agua en la bahía interior del lago Titicaca excede los límites máximos permisibles de compuestos orgánicos. El principal contaminante es el desagüe doméstico: cada año más de 12 millones de metros cúbicos de este se descargan en el lago.
La Empresa Municipal de Saneamiento Básico de Puno no cuenta con una eficiente planta de tratamiento y arroja sus efluentes al Titicaca. Por esta razón, la Fiscalía Ambiental ha abierto tres procesos de investigación contra la empresa municipal. Pero no es el único expediente. Hace más de dos meses la fiscalía abrió investigación por contaminación a los hoteles más importantes de Puno, ubicados en la ribera del lago: Eco Inn, José Antonio y Casa Andina.
Según la inspección fiscal, ninguno de estos hoteles contaba con plantas de tratamiento eficientes para eliminar la presencia de coliformes fecales en sus desagües. Todas descargaban directamente al río.
De los 210 hoteles que se encuentran en Puno, hay solo 50 que están formalizados y categorizados. Además, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo confirmó que ninguno de los hoteles en Puno ha presentado un estudio de impacto ambiental, a pesar de que, según la fiscalía, debieron hacerlo por encontrarse próximos a una reserva.
Los hoteles tienen plantas de tratamiento, pero sus descargas superan los límites establecidos por la norma nacional. Sus representantes señalaron que el próximo año incrementarán sus inversiones para evitar contaminar. Informaron que, junto con el Ministerio del Ambiente y otras entidades, buscan solución a la contaminación.
LA CIFRA
300Mil barriles de petróleo se extrajeron del Titicaca a inicios del siglo XX. La zona podría albergar máshidrocarburos.

Hay 72 mil toneladas de basura electrónica acumuladas en el Perú

Manejo de estos residuos no está normado. En el 2015 habrá 208 mil toneladas de desechos
Un supermercado encierra el ritmo de un estilo de vida muy de estos tiempos: compras, usas, tiras y reemplazas cosas cada vez más rápido; incluso, aquellas que hasta hace poco pensabas conservar, con afecto, para siempre.
Parado frente a una vitrina de aparatos tecnológicos, el joven contador Alberto Arias elige la tercera computadora de su vida, mientras la estudiante Karina Flores se alista a comprar su segundo reproductor de música y la empresaria Rosa Ángeles busca su quinto celular.
Todo está quedando obsoleto a una velocidad increíble y, paradójicamente, comprar un producto nuevo suele ser más barato que reparar uno averiado. El dilema es qué hacer o dónde poner los aparatos que, por diversas razones, han dejado de servir y cuyos componentes son tóxicos para la salud y el ambiente. ¿Se ha preguntado alguna vez cuántos celulares, cargadores, “mouse”, radios o calculadoras siguen guardados en su casa?
IMPORTACIÓN DISPARADA
Aunque no produce aparatos tecnológicos, el Perú incrementó en treinta veces las importaciones de estos productos en los últimos 14 años. Según informes de la Sunat, en 1995 ingresaron al país 717 toneladas de computadoras y piezas informáticas, una cantidad que se elevó a 22 mil toneladas en el 2009.
Además, a partir del 2001, la adquisición de celulares creció exponencialmente, al punto que, hasta junio de este año, había 22’858.680 líneas activas de teléfonos móviles reportadas al Osiptel, el organismo regulador de las telecomunicaciones.
Si asumimos que el tiempo promedio de renovación de un celular no supera los dos años, y el de una computadora los siete, en 14 años los peruanos dejamos de dar uso a 7 mil toneladas de celulares y 65 mil toneladas de computadoras, de acuerdo con el primer diagnóstico de residuos electrónicos en el Perú que elaboró el equipo encabezado por el ingeniero Óscar Espinoza, con financiamiento y asesoría del Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales y Tecnologías (EMPA, por sus siglas en inglés).
Al comparar estas cifras con la de países industrializados, como Estados Unidos —donde se arrojaron 315 millones de computadoras en siete años— o Suiza —cuya población genera 100 mil toneladas de residuos electrónicos anuales—, la denominada “tecnobasura” del Perú podría parecer aún mínima. Sin embargo, el problema está en que nuestro país, como la mayoría de Latinoamérica, tiene dificultades en el manejo de sus residuos, carece de disposiciones específicas y hábitos responsables para darle un destino final adecuado a la basura electrónica.
EL MERCADO DE SEGUNDA

En Lima hay tres empresas formales que recogen basura electrónica y de la cual, principalmente, los metales valiosos: Rimpe, Coipsa y San Antonio. A sus plantas llegarían anualmente unas 400 toneladas de estos residuos, una porción mínima si se estima que 15 mil toneladas de celulares y computadoras quedan en desuso en ese lapso en nuestro país.
¿Dónde está el resto? Si no es en las casas, o si no se los llevó un recolector callejero, probablemente muchos de estos aparatos deben circular en el mercado de segunda mano que funciona en la cuadra 9 de Prolongación Leticia, el centro comercial Las Malvinas o en las galerías Wilson y Compuplaza, del Cercado de Lima.
Aunque la reutilización de artefactos o su desensamblaje para obtener respuestos pueden estar alargando su tiempo de uso, ciertamente nadie fiscaliza su destino final luego de que estos pasaran por un segundo o un tercer usuario. “Así, las carcasas de computadoras, baterías y teclados terminan en el tacho común, generando peligros de contaminación”, indica Sonia Araníbar, especialista del Ministerio del Ambiente (Minam). Solo para tener una idea: el cadmio que contiene una sola batería de celular es suficiente para contaminar 600 mil litros de agua.
LA COOPERACIÓN

Actualmente, con la asistencia técnica de Suiza, el Minam, el Instituto de Promoción del Desarrollo Sostenible y el Comité de Tecnologías de la Información de la Cámara de Comercio de Lima (en representación de las empresas privadas vinculadas al rubro) desarrollan propuestas para implementar un sistema de manejo selectivo y tratamiento especial de la basura electrónica en el país, que comprometa a los consumidores y a las empresas que importan y venden tecnología. Hay experiencias locales que también están sirviendo de modelo, como la que impulsa la empresa Telefónica Móviles, que posee tachos de acopio de aparatos en desuso que luego exporta por lotes para su reciclaje en una planta de Estados Unidos.
Estas instituciones tendrán listas soluciones concretas recién a fines del 2010.
LAS CIFRAS
208.000Toneladas de celulares, computadoras y piezas informáticas en desuso se habrán acumulado en el país para el 2015, según el Instituto Peruano de Desarrollo Sostenible (IPES).
65%De los componentes de un celular son reciclables, informó Telefónica Móviles.
10.000Kilos de carcasas de monitor, teclados y memorias inservibles valen S/.80 en Las Malvinas. En el lugar, el precio de 100 celulares es de S/.200.