martes, 21 de julio de 2009

Olvídense de la patente sobre las verrugas, hace mucho que existen

Grupo ETC. Boletín de prensa4 de febrero de 2009. www.etcgroup.org
El 4 de diciembre de 2008, mientras en Estados Unidos se consumían las últimas rebanadas de tarta de calabaza de la cena de Acción de Gracias, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO, por sus siglas en inglés) publicó la solicitud de patente número US 20080301830 A1 sobre una calabaza verrugosa, “inventada” por el director de ventas y mercadotecnia de la Siegers Seed Company en Holland, Michigan. La solicitud de patente reclama una “calabaza verrugosa… en la cual la cobertura externa incluye al menos una rugosidad asociada con la cobertura externa del cuerpo.” “Los reclamos que hacen los ‘caza verrugas’ son ofensivos”, afirma Pat Mooney del Grupo ETC. “Las características de las calabazas varían más que casi las de cualquier otro vegetal en la tierra. Algunas calabazas tienen superficies suaves, otras tienen algunas irregularidades y otras son muy rugosas. No hay duda que así ha sido desde que los pueblos indígenas de Norte América las domesticaron hace miles de años. Hay evidencia de calabazas rugosas desde el siglo 16 y hasta nuestro siglo 21.”La solicitud de patente incluye 25 reclamos que cubren un amplio rango de calabazas con superficies irregulares (donde entre el 5 y el 50% de la superficie es “verrugosa”), un rango de verrugas relativo a la superficie de la calabaza y un rango de colores de las verrugas. La patente también reclama derechos sobre variedades específicas —dice que la “invención” podría “incluir zapallo o calabacín (Cucurbita pepo o máxima), calabazas de cubierta dura (jícaras), calabaza italiana y calabaza anaranjada, y reclama derechos sobre la planta, la semilla y el tejido de las calabazas verrugosas. Si se les otorga esta patente, lograrían un monopolio en Estados Unidos sobre todos los zapallos y calabacines con superficie rugosa. “Es un déjà vu, como repetir toda la historia de la patente sobre el frijol Enola”, dice Silvia Ribeiro al referirse a la patente US 5,894,079 otorgada en 1999, que reclamaba derechos sobre una variedad de frijol de origen mexicano, incluyendo su color amarillo. El dueño de la patente, Larry Proctor de Colorado, Estados Unidos, acusó a agricultores mexicanos de infringir su patente porque vendían frijol amarillo en Estados Unidos y los cargamentos fueron detenidos en la frontera. Proctor también demandó a las compañías de semillas y a los agricultores que vendían o cultivaban el frijol amarillo mexicano en Estados Unidos. Después de que la USPTO otorgó la patente, el grupo ETC la denunció como “Biopiratería de frijoles mexicanos”. El Centro Internacional para la Agricultura Tropical, con sede en Colombia, con apoyo de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), elaboraró una demanda legal contra la patente a fin del año 2000.La USPTO re examinó la patente y rechazó todo lo que reclamaba, en el año 2005. Pero Larry Proctor apeló la sentencia y la patente aún está en disputa.[1]“Así que durante casi una década —casi la mitad de vida de la patente— los agricultores y las compañías de semillas perdieron lucrativos mercados debido a un monopolio que todos —excepto el dueño de la patente— están de acuerdo en que es técnicamente inválido y moralmente injusto”, afirma Ribeiro. “Si la USPTO acepta esta patente sobre la calabaza verrugosa, será otra verruga en su repulsiva trayectoria de permitir el monopolio del conocimiento indígena.”Una diferencia importante entre el caso del frijol Enola y el caso actual de la calabaza verrugosa es que la USPTO aún no otorga la patente, aunque podría hacerlo a principios de febrero, cuando se cumplan 60 días de su publicación. El Grupo ETC y otros, incluyendo cultivadores y vendedores de este tipo de calabaza en Estados Unidos ya enviaron a la USPTO documentos que prueban la existencia de las calabazas verrugosas (pueden verse imágenes en el PDF) mucho antes —incluso siglos— de la fecha que la Siegers Company asegura haberla “inventado”, en 2002. Hay tanto “arte previo” que no es posible que USPTO lo ignore. El Grupo ETC también alertó sobre la patente al World Vegetable Center (AVRDC) en Tainan, Taiwán. El AVRDC tiene accesiones de Cucurbita pepo y máxima en su banco de genes, algunas de Estados Unidos. Y una patente de Estados Unidos podría afectar el mejoramiento e intercambio de germoplasma de las cucurbitáceas. “Sabemos por la patente sobre el frijol Enola que aun una patente incorrecta puede tener una larga y destructiva duración”, dice Kathy Jo Wetter de la oficina del Grupo ETC en Estados Unidos. “La USPTO debe rechazar los 25 reclamos de la solicitud sobre las calabazas con verrugas.”
Nota:[1] Ver Victoria hueca: Patente sobre el frijol Enola anulada finalmente (esperemos...) http://www.etcgroup.org/es/materiales/publicaciones.html?pub_id=684

Anulada patente del frijol enola

El 10 de julio de 2009, el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito Federal determinó que la patente estadounidense 5,894,079 (sobre el frijol Enola), que reclama derechos sobre un frijol amarillo campesino, de origen mexicano, no es válida porque ninguno de los reclamos de la patente cumple con el criterio de "no obviedad". El caso ha sido seguido de cerca por grupos de la sociedad civil preocupados por la biopiratería, el patentamiento de seres vivos y el control empresarial de la producción alimentaria. La escueta decisión de siete páginas del Tribunal, sostiene que cualquier persona que quisiera reproducir o mejorar los frijoles amarillos mexicanos haría precisamente lo que el "inventor" Larry Proctor hizo: "plantar los frijoles, cosechar las semillas de las plantas resultantes, plantar dichas semillas y repetir el proceso dos veces más".[1] La decisión concluye con un llamado al "sentido común",manteniendo el rechazo anterior de esta patente por parte del Consejo de Apelaciones de Patentes. "Lo que no tiene ningún sentido es que se haya permitido que una patente inválida permaneciera vigente más de una década. ¡Es más de la mitad de la vida de la patente!" dice Kathy Jo Wetter del Grupo ETC. "Además, aunque se perjudicó un importante mercado para agricultores y pequeñas empresas semilleras de México y Estados Unidos durante más de diez años, no serán compensados".Hace casi una década, el Grupo ETC (entonces llamado RAFI) denunció que la patente del frijol Enola, concedida el 13 de abril de 1999, predaba los conocimientos y recursos genéticos de pueblos indígenas y comunidades campesinas, que son los verdaderos creadores de este frijol amarillo mexicano. El Grupo ETC demandó que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) investigaran la "biopiratería del frijol mexicano" como probable violación al Fideicomiso del CGIAR de 1994, que obliga a mantener el germoplasma de determinados cultivos en el dominio público y fuera de los reclamos de propiedad intelectual. El Centro Internacional para la Agricultura Tropical (CIAT, uno de los centros del CGIAR) con sede en Colombia, con apoyo de la FAO, presentó una apelación oficial a finales del 2000. La Oficina de Patentes y Marcas Registradasde los Estados Unidos reevaluó la patente y a finales de 2003 dictaminó el primero de cuatro rechazos. Otros dos rechazos "finales" vinieron en 2005, cuando la patente tenía seis años. El dueño de la patente apeló cada vez, pero el Consejo de Apelaciones de Patentes declaró la patente inválida nuevamente en abril del 2008. Así, la patentabilidad de Enola ya había sido rechazada cuatro veces. Fue este último rechazo lo que el dueño de la patente intentaba revocar en esta quinta y supuesta última revisión del caso Enola. Poco después de haber logrado su patente en 1999, Larry Proctor, de Colorado, EUA, acusó a los agricultores mexicanos de violar sus derechos al vender frijoles amarillos en los Estados Unidos, y los cargamentos fueron detenidos en la frontera. Proctor también demandó a las compañías semilleras y a los agricultores que vendían o cultivaban el frijol amarillo mexicano en los Estados Unidos. "El sistema de patentes permitió que el dueño de una patente, claramente injusta, monopolizara los mercados durante una década. Los campesinos y agricultores no pueden esperar diez años para que se decida la apelación de una patente", dice Silvia Ribeiro de la oficina en México del Grupo ETC. "Este caso muestra que el sistema de propiedad intelectual está diseñado para favorecer a los dueños de patentes, a costa del bien común y aunque sea predatorio de los recursos y conocimientos colectivos de campesinos e indígenas."Para saber más sobre la larga, dolorosa y colorida historia de la patente del frijol amarillo mexicano en los Estados Unidos, consulte el archivo del Grupo ETC en http://www.etcgroup .org/en/archives .html (en inglés) o las versiones en castellano http://www.etcgroup .org/es/ y haga una búsqueda de "enola".