domingo, 12 de julio de 2009

Las áreas de glaciares de la Cordillera Blanca retrocedieron 27% desde el año 1970


Por Joaquín Ortiz Rivarola
Los millones de gotas que diariamente caen y se desprenden de los nevados de la Cordillera Blanca no hacen sino reafirmar una realidad más que evidente: la cadena montañosa tropical más alta del mundo agoniza a causa del calentamiento global.
Según un estudio difundido esta semana por la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), las áreas de glaciares de la Cordillera Blanca han retrocedido 27% desde 1970, es decir 1,06% más con relación a la anterior evaluación realizada en el 2003 (25,94%).
Para entender mejor el problema solo basta atender a un pequeño dato: hasta 1976 los glaciares retrocedían ocho metros por año, hoy lo hacen 20 metros anuales. Un ritmo acelerado que ya causó la desaparición del glaciar Broggi en el 2005 y que, según los cálculos de los científicos, acabará con el Yanamarey en seis años aproximadamente.
Pero el caso más emblemático del deshielo en la Cordillera Blanca, sin duda, es el del Pastoruri. Un recorrido por la Cordillera Blanca nos permitió comprobarlo. Atrás quedaron los días en que este era un mágico escenario capaz de cautivar a quienes lo visitaban para apreciar y gozar de su hermoso y extenso manto de nieve. De lo que hasta hace unos años fue el ícono de la actividad turística de Huaraz queda cada vez menos. El calentamiento global lo está haciendo pedazos. Y tal parece que no hay nada que se pueda hacer para frenar su inexorable final. Ocho o diez años. Nada más. Eso es lo que falta para que el Pastoruri, ese nevado del que hoy solo parecen quedar buenos recuerdos, pierda completamente ese pequeño manto blanco que pudorosamente trata de ocultar una desnudez cada vez más grande.