domingo, 7 de junio de 2009

Indígenas de Bagua se refugian en iglesia por temor a ser detenidos

(EFE). Una sede de la Iglesia católica en Bagua Grande se ha convertido en un gran campo de refugiados de centenares de indígenas que se sienten amenazados por haber participado en los violentos enfrentamientos con la Policía peruana que dejaron al menos 33 muertos el viernes. El párroco Castinaldo Ramos dijo a Efe que debe haber unos mil nativos, entre ellos mujeres y niños, en sus instalaciones, unas edificaciones de concreto separadas por un gran terreno arenoso por donde hay que sortear las ollas comunales o la muchedumbre que dialoga entre sí o llora por alguna dolencia. Ramos explicó que a pesar de la caótica logística y de los pocos recursos con los que cuentan para atender las necesidades de los indígenas, la Iglesia católica realiza con este gesto “un mero acto humanitario”. El sacerdote espera que por fin se concrete el retorno seguro, con ayuda de la Defensoría del Pueblo, de los indígenas a sus casas.
Estos temores se explican por los rumores que circulan en las ciudades de Bagua Grande y Bagua Chica de que las fuerzas del orden estarían deteniendo a los aborígenes heridos en los hospitales o durante su camino de regreso a casa, tal y como relató a Efe Carlos Santisteban, de la Comisión de Apoyo de la sede pastoral. Tanto es el miedo, que en las puertas de las edificaciones se hace guardia y se controla el ingreso de las personas y una vez adentro, se mira con recelo a periodistas y fotógrafos.
LA GENTE LOS AYUDA
La ayuda de la Iglesia católica a los aborígenes no sería posible sin el apoyo de los pobladores, que donan alimentos o comida y dan muestras de apoyo a los manifestantes.
Muchos de estos vecinos se dicen dispuestos a conformar las brigadas para ir en búsqueda de los cadáveres presuntamente arrojados por las fuerzas del orden en ríos como el Huallaga, tal como afirma el dirigente indígena, Edwin Montenegro, quien dice ser testigo presencial de esos sucesos. Sin embargo, el viceministro peruano del Orden Interno, Wilson Hernández, descartó hoy rotundamente dichas acusaciones. Otros no dudan en acoger en sus propias casas a los aborígenes, según confesaron a Efe varias fuentes, entre ellas Ane Marie Cuq, directora del Servicio Agropecuario y de promoción económica, vinculada a la Compañía de Jesús.

Fuente: El Comercio del 07.06.09

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