viernes, 15 de junio de 2012

El futuro de la minería en el Perú, y el rol del Ministerio del Ambiente (MINAM)


La deficiente capacidad del Estado de supervisar y fiscalizar las actividades mineras y energéticas en los últimos 20 años, desde que se inicia la gestión ambiental en el Perú, a partir del Código del Medio Ambiente y Recursos Naturales, ha generado la grave crisis en que nos encontramos a nivel de conflictos socio ambientales, y el Proyecto Conga, Espinar, y DOE RUN, son sólo la punta del iceberg si es que decididamente no se realizan cambios profundos en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y se implementa un adecuado ordenamiento territorial, y evaluaciones ambientales estratégicas regionales. Sin duda, y sin miedo, el MINAM debe apercibir al Ministerio de Energía y Minas (MINEM), bajo responsabilidad y con cargo a iniciar las acciones de control del caso, ha efectos que el mismo, y el resto de sectores (¡al fin!), se adecuen al Decreto Supremo No 019-2009-MINAM, Reglamento de la Ley del SEIA(¡esto es lo cumplan!¡ya han pasado dos (02) años desde que debieron hacerlo!), además de impulsar una revisión de los EIAs aprobados para ajustarlos ha mejores estandares vía actualización, y el mejoramiento de los procesos de evaluación de impacto ambiental, así como una progresiva transferencias de funciones de esta facultad al MINAM. Eso reclamará decisión política, que hoy como pocas veces, sí tiene el titular del MINAM, que goza del afecto y confianza del Presidente, sin embargo, la pregunta es sí utilizará dicho privilegío para arribar al Premiarato, o para mejorar la gestión ambiental. Por ahora, anda distraído tras la diatriba de que la minería artesanal e informal es el contaminador más grande en minería, y allí nos ordena focalicemos nuestros esfuerzos, sin percatarse que esto no es una competencia de quién contamina más, sino de como hacer una gestión ambiental minera más eficiente. De momento, debemos resignarnos ha ver conflictos socio ambientales tras proyectos mineros energéticos debido entre otros factores a la deficiente capacidad del Estado de fiscalización ambiental y la sensación de que no llega un dialogo franco y sincero, en medio de actitudes represoras de protestas sociales, y una dudosa implementación del procedimiento de consulta previa. Cierto, el tiempo develará la verdadera voluntad política de esta administración gubernamental, esperemos y veamos...  

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