martes, 1 de diciembre de 2009

Las noches son mías…

Cansado, luego de un extenuante día de trabajo, apenas con fuerzas para comer, espero la llamada de una entrañable amiga de EE.UU, eran las 11.20 horas, y ni bien iniciada la emotiva charla, un par de aviones de manera sucesiva me impiden escuchar sus cálidas palabras de reencuentro por la línea telefónica, en esa instancia, difícil pedirle que repita sus palabras, sin que suene a un tiempo forzado o impostado. Sin duda uno solo debe resignarse. La conversación entre los tres (ella, los aviones y yo) continuo por una hora más. Cansado, me despido, y apunto de lanzarme a la cama , siento venir un avión, ¡no!, otra vez, me decía... Mientras las turbinas de otro avión cerca de la una de la mañana me decían que las noches por ahora eran suyas. Otro si digo, a las 6 a.m., las mañanas también lo son...maldición!
Fuente: Diario de una Noche en Bellavista

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