martes, 16 de junio de 2009

Preocupación creciente: el agua

Por: Tomás Unger. El Comercio del 16.06.09
En un reciente festival de documentales sobre el ambiente, en Washington D.C., se presentaron 135 películas sobre diversos temas. A diferencia del documental de Al Gore sobre el cambio climático, estos se ocupan de temas específicos: desde especies en extinción y la reducción de los glaciares hasta la investigación científica de temas ambientales. Los que más llamaron la atención fueron los que tratan uno de los problemas ambientales más preocupantes: el agua.
EL CAMBIO
Aun antes de descubrir la agricultura, el hombre nunca vivió apartado del agua. Las primeras ciudades surgieron alrededor de zonas agrícolas que, por definición, tenían que disponer de agua. De ahí en adelante la civilización evolucionó donde había un suministro permanente de agua dulce. No es posible imaginar una ocupación humana permanente sin disponibilidad de agua. La relación entre población y agua disponible ha cambiado a través de los milenios y el crecimiento exponencial de la población la está llevando a un punto crítico.
Con excepción de algunas tribus nómades del norte de África, la mayoría de la humanidad ha considerado el agua como un bien gratuito siempre disponible. En un momento dado, que varía de acuerdo con la ubicación geográfica, esto ha dejado de ser así. Hoy hay lugares en todos los continentes con una preocupación justificada por la disponibilidad de agua. Esta preocupación aumenta y todo parece indicar que hará crisis en un futuro cercano. Nuestros actuales hábitos de consumo y mecanismos reguladores no pueden afrontar el cambio en la relación agua /población.
DÓNDE ESTÁ EL AGUA
Si un extraterrestre se acercara a la Tierra en su nave, podría pensar que nuestro planeta está habitado por automóviles (más de 600 millones, muchos más visibles que sus usuarios) y es una planeta acuático. Las cuatro quintas partes del planeta están cubiertas de agua y nuestros océanos y mares tienen el 97%, unos 1.320 millones de kilómetros cúbicos; pero es agua salada. Con 35.000 partes por millón de sal (3,5%) el agua de mar no es potable. Aunque la vida se originó en el mar y millones de especies pueden vivir en él, para consumo humano hay que desalinizar el agua de mar, que es un proceso costoso en energía.
La civilización ha prosperado a través de los milenios porque, además de la inmensa cantidad de agua salada, tenemos en el planeta unos 40 millones de kilómetros cúbicos de agua dulce; el problema es la distribución. Veinticinco millones son hielo, y están principalmente en la Antártida y en Groenlandia, con una pequeña parte en glaciares de montañas altas, la mayoría en retroceso. Trece millones de km3 están bajo tierra en napas freáticas. En los ríos y lagos hay 250.000 km3, mientras que las nubes y la humedad atmosférica contienen unos 13.000 km3 de agua. El agua, propulsada por la energía del Sol, recircula permanentemente. Cada año 120.000 km3 caen en forma de lluvia, de los cuales 50.000 regresan al mar por ríos o van al subsuelo para reponer las napas freáticas y 70.000 se evaporan para formar nubes. Disponibles para consumo, en ríos y en el subsuelo, hay 12.000 km3. De este total, para consumo humano extraemos 5.000 km3, de los cuales la mayor parte son de uso agrícola (3.500 km3) y para la industria (1.000 km3 ), los restantes 500 km3 son de consumo humano directo, llamado doméstico. De los 5.000 km3 usados solo 13 (0,26%) son producto de la desalinización del agua de mar.
CUÁNTO ES MUCHO
Hasta ahora hemos estado hablando de kilómetros cúbicos, una medida a la cual no estamos acostumbrados. Un kilómetro cúbico, un cubo con 1.000 m por lado son 1.000 millones de m3, y cada metro cúbico tiene 1.000 litros. Así, un kilómetro cúbico tiene un millón de millones (una cifra de 12 ceros, difícil de visualizar) de litros. Sin embargo, el flujo, consumo y desperdicio del agua se manejan con esas cifras porque la población, 6.300’000.000, también es una cifra difícil de visualizar.
La magnitud de las cifras no parecería justificar la preocupación por la disponibilidad de agua; sin embargo, intervienen otros factores que alteran el panorama. Además de la distribución variable, tanto de la lluvia como de los ríos, lagos y subsuelo, está su uso. Para hablar del consumo tenemos que pasar de kilómetros cúbicos a metros cúbicos. Si dividimos el agua dulce disponible en ríos y subsuelo entre la población mundial, cada habitante dispondría de 1.800 m3 al año. Debería sobrar agua porque en promedio consumimos solo 800 m3 por persona. Sin embargo, las estadísticas no reflejan la situación real.
Las condiciones naturales y los recursos económicos hacen variar la disponibilidad de agua. En China están cerca del promedio disponible con 500 m3 por persona al año, en México están en el promedio con 800 m3. En Israel cuidan el agua porque viven en el desierto y usan solo 300 m3 por persona al año. En Italia el consumo por persona es de 1.000 m3 y en EE.UU. 2.000 m3, mientras que en Nigeria es de solo 50 m3.
EL FUTURO
Entre los documentales mencionados, el canadiense “Oro azul” plantea una tesis interesante: tratar el agua como mercancía. Llama la atención que mientras solo el 54% de la población mundial está conectado a una red de agua, muchos países están privatizando el recurso. Por otra parte, las fuentes en uso hoy, principalmente ríos, están recibiendo la descarga de los desechos industriales. En las montañas las minas y en las zonas urbanas la industria contaminan permanentemente los ríos y el agua del subsuelo. Esto reduce el volumen de agua disponible o encarece la que es recuperable por tratamiento.
Otro documental trata el efecto directo del cambio climático sobre las reservas de agua heladas y sus consecuencias. El caso especial es Holanda, defendida por diques del mar, cuyo nivel crece a medida que los hielos se derriten. Las proyecciones varían, pero ya no hay duda de que el calentamiento global derrite hielos y estos elevan el nivel de los mares; en cuánto, eso está por verse. El tema es amplísimo y afecta de algún modo a países ricos y pobres.
En el Perú, donde la mayor concentración de población está en el desierto, nos las ingeniamos para desperdiciar agua, echar aguas servidas a la playa y derrochar agua con instalaciones defectuosas. Es cierto que hay temas de preocupación, además de los ambientales, pero esto no hace menos urgente enfrentar el problema del agua como se enfrentaría el de cualquier bien de consumo indispensable. Según una de las tesis planteadas, lo que le falta al agua para que la respetemos debidamente es el precio.
Dónde está el agua
El total en la Tierra: 1.360 millones de km3 de agua. De este total, 1.320 millones de km3 (97,2%) es agua salada en los océanos. El 2,8% restante, aproximadamente 37 millones de km3, está distribuido en: 25 millones de km3 (1,8%) en hielo (capas polares y glaciares); 13 millones de km3 (0,9%) en el subsuelo y 250.000 km3 (0,02%) en lagos, pantanos y ríos. Trece mil km3 (0,001%) están en la atmósfera.

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